martes, 14 de mayo de 2013

Arévalo, topónimo de origen armenio.


La ignorancia y el misterio han envuelto siempre el origen del topónimo Arévalo, pequeña ciudad de Ávila. Mi maestro, el Prof. Antonio Llorente Maldonado en la Universidad de Salamanca, siempre lo pasó por alto, diciéndonos, sin más, que era de origen prerromano. Y se acabó.
Don Antonio no tuvo ocasión de investigarlo a fondo; simplemente repetía lo que  había dicho Corominas. Pero a mí siempre  me atrajeron las etimologías imposibles y nunca he cesado de darle vueltas a esta de Arévalo.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Carlos García, desde Mejico.

Mi estimado Jesús: Estoy en la primera parte de tu novela "El enigma de Baphomet", que me ha obligado a releer y consultar nuevamente toda la información que tengo del Temple -que no es poca. Ahora comprendo mejor y, por supuesto, desde otra óptica (lejos de todo "oficialismo"), la construcción de la calumnia que llevó a Los Templarios a la hoguera. Recibe un fraterno abrazo y te expreso mi anhelo de continuar disfrutando de tu conversación sarcástica, irónica y mordaz.

El nombre “Gerardo” no procede del alemán sino del armenio.

Una “tesela” más que va configurando el mosaico de nuestra hipótesis:

Según la lingüística académica y oficial, el antropónimo “Gerardo” procede del germánico “gerald”, de la unión de las voces “ger”, "lanza, espada", y “(w)ald”, "gobierno, jefe, mando". En su traducción literal sería "el gobierno de la lanza", es decir: "la persona que tiene el poder por la lucha con lanza". San Geraldo era el conde de Aurillac (Francia) en el siglo X. Variante: Gerard, Guerau.

Observo con asombro que “գեղարդ”, en armenio suena más o menos como “guegard” y en armenio siempre significó “lanza” por eso la lanza del soldado Longinos, el que la clavó en el costado de Cristo, es la que dicen los armenios que conservan ellos, pero es una ingenuidad porque con la sola observación en la lanza se ve la cruz paté templaria de los siglos XII y XIII; y como la encontraron entre las ruinas de un monasterio armenio construido en época anterior le llamaron el monasterio de գեղարդ (Guegard) o el monasterio de la lanza.

Hemos de tener en cuenta que desde el siglo IX y X de nuestra cronología oficial occidental y eclesiástica los cristianos armenios fueron uña y carne luchando codo con codo con los cristianos europeos que viajaban a Tierra Santa, dependientes de los papas de Roma. Luego, unos siglos más tarde con el papado de Aviñón ya se difuminó todo y se dejó de aceptar armenios refugiados en Europa perseguidos por el Islam, pero hay que buscar en los archivos del Vaticano, que algo se encontrará.