Para mis biznietos que todavía no existen:
Ayer, en uno de mis escasos ratos de ocio descansando en mi jardín, me dio por pensar y no sé por qué me vino a la mente una pregunta que me hicieron siendo estudiante en Salamanca: “Qué tres libros me llevaría a una isla desierta”. Entonces acababa de leer “·Niebla” de Unamuno. Me había gustado tanto que fue uno de los tres. Los otros dos no los recuerdo. Ayer me hice a mi mismo esa pregunta y repasé mentalmente mis estanterías. Como un fogonazo, sin titubear, me vinieron tres y por este orden. “La Biblia”, “El Quijote” y “Medicina Interna” de Farreras-Rozman.
A lo largo de mi vida intelectual, he tenido que manejar cuatro ediciones de la Biblia, entre ellas la misma “Vulgata”; cuatro ediciones del Quijote, entre ellos un facsímil que es una de mis joyas bibliográficas; y del Farreras la duodécima edición de 1988.
Mis tres grandes pasiones intelectuales: “Lingüística y Literatura”, “Filosofía y Teología”, y “ Biología y Medicina”
Veo algunos subrayados que me causaron especial impresión:
-Nada hay encubierto que no se descubra, nada oculto que no se divulgue.(Lucas, 12, 2)
-“Sábete, Sancho, que no es un hombre más que otro, si no hace más que otro. (Cap. XVIII)
Y ahora que veo a mi nieto estudiando la Neurología, voy a repasar las posibles enfermedades de la vejez para poder comentar; y cuando sienta el más mínimo síntoma pedirle un tratamiento.