jueves, 30 de junio de 2016

"El Baco" (Novela. Finalista del Premio Planeta 1993) pág. 190. Edit Edinford, Madrid. 1995

Fíjate: que la civilización del vino proceda de la Mesopotamia leonesa... eso sí que es inaudito; porque en realidad existe, pero nadie lo sabe; y allí especialmente, y en regiones limítrofes es donde más he oído expresiones como: ¡Cagüen Lá! ¡Dios-Lá! ¡Rediós-Lá!
Desde luego, en la escritura... vamos a releerla —Damián recuperó el trabajo de Clara y se apresuró a buscarla. Así que la hubo encontrado dijo muy expresivo:
—¡Claro; está clarísimo; no hay duda! Mira lo que pone —releía Damián en voz alta: «(La siguiente escritura, aparte de ritos y sacrificios, contiene una sarta de blasfemias contra Jesús de Nazareth, contra la Santísima Virgen, Contra la Sagrada Forma, contra las Jerarquías Eclesiásticas, contra los Vasos Sagrados, y también contra el Dios islámico Aláh, contra su profeta Mahoma, contra el Arcángel Gabriel y otras atrocidades)».
Siguió Damián leyendo más adelante: «Después de pronunciar las palabras, rociará con vino primerizo a lo hermanos(أخوأن); y todos los asistentes maldecirán a sus enemigos los tagarinos y a los cristianos, y a sus dioses y a sus costumbres».
Una vez leídas estas líneas concluía Damián:
—Es una lástima que ese traductor anónimo del año 40, por sus convicciones religiosas, no copiara aquí el pergamino de las blasfemias concretas.
Emilio, pensativo, le contestaba:
—Yo he ido relacionando exclamaciones que he recogido magnetofónicamente. No obstante, piensa tú, Damián, en una cosa: aquí siempre ha habido dos Españas. La historia de España es la historia de las blasfemias. No es que el español sea blasfemo por naturaleza, sino que se ha blasfemado para herir al contrario donde más le doliera. «Me cagüen la puta del obispo» sólo lo dicen los hombres con una copa en la mano, porque lo acuñaron los báquicos en contra de los cristianos, lo mismo que «Cagüen la Virgen» o «Me cagüen Cristo» o la blasfemia más original de todas: «Me cagüen el camino de Santiago». También he oído decir: «Me cagüen la puta del obispo de Izagre»; y eso que en Izagre nunca ha habido ningún obispo. Los báquicos clandestinos propagaron las mayores atrocidades verbales que todavía se conservan. Siempre se ha blasfemado por machacar al prójimo, lo que demuestra que los españoles no somos tolerantes. Nunca se ha blasfemado contra el Dios propio sino contra el Dios del prójimo. Pero los cristianos no se quedaron cortos. Así, cuando un islámico decía: «La ilahu, ila Lá» que quiere decir: «No hay más Dios que Alá», los cristianos empezaron a decir: «¡Cagüen Lá!». Cuando ha entrado un tercero, nadie ha aceptado las tres Españas porque la referencia del insulto se ha desdibujado y ha llegado el desbarajuste. Desde que no hay adversarios religiosos se han inventado cualesquier aspectos que diferenciaran a unos y a otros, aunque sólo fueran simbólicos: podían haberse escogido las rosas y las azucenas, o los blancos y los negros; y por el mismo motivo podrían haberse elegido, como símbolos diferenciadores, las mesas y las sillas, o el regadío y el secano. ¡Pues, no señor! se ha escogido lo que no tiene ni rastro de rasgo específico como el rojo y el azul, o la derecha y la izquierda.
Interrumpió Damián alterado:
—Pero, esta expresión procede de la República Francesa…
Emilio seguía queriendo caricaturizar lo más posible:
—Bueno, bueno... —y tomó definitivamente la palabra—: la cosa es exaltarse para zaherir al otro. Tan ridículo resulta decir «yo soy mesa o yo soy de azucenas», como decir que «yo soy rojo, o yo soy de derechas o soy de izquierdas». ¿Te imaginas, Damián, la risotada que nos pegaríamos si oyéramos decir a alguien, increpando al contrincante: «tú eres mesa pura y dura», y se ofendiera carcomiéndose, y respondiera: «No señor, yo siempre he sido silla y siempre seré silla hasta que me muera; aunque mi padre fuera mesa y mi abuelo fuera mesa yo he evolucionado a silla, y por favor, no pronuncie usted delante de mí la palabra mesa»? De la misma manera, llamarle a alguien cavernícola, es como llamarle trigémino o cualquier otro absurdo; y sin embargo, hay quien se ofende por ello. Tan idiota es el que lo llama como el que se siente ofendido. ¡La cosa es exaltarse aplastando al otro! Desde luego, esto lo han inventado unos listos para sacarle el dinero a los ignorantes y tenerlos entretenidos mientras que esos listos se comen la tortilla, muy española por cierto.

Se dieron tiempo para seguir pensando, y en dos minutos siguió Emilio: —Ahora voy entendiendo por qué, hasta hace muy poco tiempo, en muchos pueblos, a los niños se les ha seguido dando alcohol con el pretexto de hacerlos más adultos. 

miércoles, 29 de junio de 2016

Charlando de política con mi amigo de Facebook, Txema Arinas

¿Miedo? A los viejos sólo nos atemoriza un tío fuera del alcance de nuestra cachava con una bomba o con una pistola. Como yo no sé de estas lides, escucho a los dos, al catedrático y a sus discípulos. Y luego saco mis propias conclusiones. Ya sé, ya sé que han existido casos raros de discípulos que han superado al maestro, pero no es el caso. Manuel Pastor es un viejo profesor, colega y brazo derecho de Tierno en la Cátedra de Ciencia Política de la Complutense, y mira lo que dice:
http://www.jgcastrillo.com/.../el-profesor-de-pablo...
Lo bueno de los viejos es que, hasta que nos visite don Alzheimer, conservamos datos a millones con memoria prodigiosa a pesar de que a los que molesta nuestra memoria tengan en mente darnos una ración de eutanasia y... pensión más "pa" su bote.

“Atiendo con atención atenta” las conclusiones del Prof. Pastor para aprender y veo que antes de atenderlo coincido desde mi estado lego —aunque es algo accidental— en lo de “cursi” y ridículo”. Lo de “macarra” ya tendría que comprobarlo personalmente. No hay nada más ridículo que una corbata ladeada con la camisa abierta en un acto público cual beodo trastabillando de acera a acera a las cuatro de la mañana. Y no digamos, algo más ridículo y contradictorio que un anticapitalista con un iPhone 6 en la mano, otros dos en el bolsillo del pantalón marcando paquete cuadrado, un IPad en la mochila y un iMac en la mesa y entrado en casa de Zuckerberg y otros “yankees” utilizando el máximo exponente del sistema capitalista. Y no digamos que a los treinta y tantos años diga que se arrepiente de su pecado de juventud: haber sido comunista. ¡Sideral....! Abrazos del Gran Tábano.


P.S. Lo de "Gran Tábano" es un mote que me ha puesto, afectuosamente sin dudar, él en nuestros diálogos sobre lo divino y lo humano.

El profesor de Pablo Iglesias, de Monedero, de Carolina Bescansa y de Errejón

El profesor  de Pablo Iglesias, de Monedero, de Carolina Bescansa y de Errejón, que todavía es el Catedrático de Ciencia Política de la Universidad Complutense, acaba de publicar un artículo demoledor sobre la situación política actual. Lo he leído con atención con gran sorpresa por las coincidencias con lo vertido aquí en este muro de Facebook ayer y esta mañana, sin habernos puesto de previo acuerdo.
(Pinchar encima)
http://www.lacriticadeleon.com/noticia/809/manuel-pastor/espana-una-democracia-fallida-2.html

lunes, 20 de junio de 2016

La conversión de Pablo Iglesias en la entrevista con Ana Pastor

Ayer no vi la entrevista de Ana Pastor a Pablo Iglesias. Pero estoy leyendo la prensa y veo que se escandalizan muchos por la conversión súbita de este hombre.
Dicen que es imposible. Yo creo que es porque no han reflexionado sobre el libro de “Los hechos de los Apóstoles” Capítulo. 9.  donde se narra la conversión de su tocayo Pablo de Tarso también súbita, sin que nadie se lo esperara y y con la confusión de sus admiradores coetáneos. La conversión de Pablo Iglesias, al fin y al cabo es muy suave en comparación con la del cínico, criminal, blasfemo y basura humana que era Pablo de Tarso antes de ser San Pablo. Convertirse del comunismo Pre-perestroika y Bolivariano más extremo al socialismo más centrado es muy pequeña diferencia si lo compramos con aquella conversión de San Pablo, el más cruel perseguidor a muerte de los más débiles, hace dos mil años, y luego fundador de todas las Iglesias cristianas desde Asia Menos hasta Roma. Claro que es posible una conversión súbita. La Historia del arte nos lo recuerda con muchas pinturas, así  también la del Rey Recadero con todos sus súbditos. Creo que también un 10 de septiembre San Pablo se llegó a Roma y se entrevistó con el primer Papa, San Pedro. Lo podremos comprobar dentro de muy poco: o el mayor de los cínicos, o el mayor de los santos laicos. No hay otra. Entre Pedro y Pablo hay algo de misterio. Veremos…

Y ya que estamos de Iglesias y de religiones, recordemos la parábola del “Hijo Pródigo”.