sábado, 31 de agosto de 2013

Sinda Pino Iglesias.


Sinda Pino, lingüista y catedrática, me escribe; y selecciono estas palabras: ."..estoy releyendo la 2 parte del Baphomet..."

Carmen Formoso Lapido, la autora plagiada por Camilo José Cela me escribió algo que viene a cuento con las palabras de Sinda:
"TODOS los libros pueden dividirse en dos clases: libros del momento y libros de todo momento... Y los libros tienen los mismos enemigos que tiene el hombre: el fuego, la humedad, los animales, el tiempo y su propio contenido. Un libro que no merece leerse dos veces, tampoco es digno de ser leído una sola vez."

Otra catedrática de Literatura me ha dicho verbalmente que va por la cuarta lectura y  cada vez le gusta más "El enigma de Baphomet", pero para decir yo su nombre tiene que escribírmelo.

viernes, 30 de agosto de 2013

LA FILOLOGIA VASCA PESE A JOSEBA LAKARRA ANDRINUA (Autor anónimo)

Advierto: Este artículo no es mío. Es de un profesor que ha preferido quedar en el anonimato.
No es mi estilo insultar a nadie, y mucho menos por discrepar científicamente.
Evidentemente, el autor que parece ser profesor de la Universidad del País Vasco, no está de acuerdo con sus colegas los profesores Lakarra y Gorrochategui.

Mi hipótesis de trabajo dispersa en "teselas" de 66 artículos sigue en pie. Para hacer de la hipótesis una teoría conclusa, hace falta que jóvenes lingüistas tomen el relevo porque yo ya no dispongo de medios materiales para seguir investigando. Para seguir adelante hace falta un equipo de filólogos, especialistas en filología caucásica, de lenguas clásicas,  de lenguas románicas, antropólogos, biólogos genetistas, etc. ¡ Y dinero....!

http://www.euskararenjatorria.eu/La%20filologia%20vasca%20pese%20a%20Joseba%20Lakarra.pdf

"LA FILOLOGIA VASCA
PESE A JOSEBA LAKARRA ANDRINUA"


Se puede ser un pésimo filólogo de dos maneras. Una, à la Gorrochategui, a saber: siendo catedrático de indoeuropeo, no ser epigrafista, y meterse a querer interpretar una inscripción en una lengua no indoeuropea. Esta manera de ser filólogo conlleva los riesgos propios de toda imprudencia: leer DESCARTES en una inscripción euskérica del siglo III.

jueves, 29 de agosto de 2013

"Vasco y Vascón", gentilicio venido en la Edad Media


Sigo sin encontrar el gentilicio “vasco”, y “vascón” antes del final la Edad Media. Ningún escrito, ningún pergamino, ninguna piedra. Nada. Solamente escritos tardíos que son referencias de referencias de autores clásicos, de mitos y leyendas, por eso sigo pensando que  “vasco” viene de “vascón”, que significó en armenio algo así como “hombre con la mirada limpia y amplia, con la cabeza alta”. Incluso es nombre propio de un patriarca de la Iglesia Católica Armenia: Vaskón I  

miércoles, 28 de agosto de 2013

Encuesta



Hay que añadir al comentario de Harriman en la página “Letra armenia para melodía vasca”,
http://www.jgcastrillo.com/2012/02/cancion-vasco-navarra-inspirada-en-la.html
que incluso “de visu”, sin recurrir a procedimientos  sofisticados de investigación genética, se puede constatar lo que corroboró su amigo en el aeropuerto de Washington.

Con esta foto he realizado varias encuestas, la última con la siguiente pregunta:

¿Estos chicos son andaluces, portugueses, vascos, ingleses,  alemanes, iraníes, sirios, armenios, rusos, japoneses?

100% de las respuestas:  “vascos”

Pues… no, señor. Son armenios, con el monte Ararat  al fondo.

martes, 27 de agosto de 2013

María Pilar Aguilar Marañón


“No te pierdas esta novela histórica por entregas que irá apareciendo en el Blog de Jesús García Castrillo, su autor. Es de lo mejor que he leído últimamente.”

“Jesús tiene en su novela frases de auténtico filósofo...”

Un viejo colega de docencia comenta


Un viejo colega de docencia, buen lector y mejor amigo, me escribe:
“Jesús, he leído dos veces “El enigma de Baphomet”. Sólo caben dos opciones: o es la mejor novela histórica que he leído o es el mayor fraude literario si todo es verdad y nos engañas. ¿Esas tablas románicas las has pintado tú también? ¿Y los pergaminos?...” Amén de otras cuestiones más personales. 

Y al final de la misiva vuelve a  la novela: “...si es un fraude deberías estar en la cárcel. Esas tablas y pergaminos deberías declararlas...” 
No revelo el nombre por su expreso deseo.

Y le respondí: “No te preocupes por mí. Es una novela, y como tal, una creación artística pictórica y literaria. Concibo el arte como un engaño consentido para entretener los ratos libres, así que déjate engañar que es de lo que se trata. Y gracias por el halago.

lunes, 26 de agosto de 2013

ARTE ARMÉNICO


Nuestro románico no es nuestro, es importado. Estuvo viniendo de Asia durante toda la Alta Edad Media. El Mediterráneo era como la Gran Vía, un trasiego de idas y venidas, y los caminos por tierra una constante de trasiegos de personas y mercancías. El centro del Mundo estaba en Kilikia, en Armenia,  en Bizancio. Lo de aquí, era el fin del mundo, el fin de la tierra. Los primeros cristianos del  recto camino, (orto-doxos) fueron los evangelizados por San Bartolomé y San Judas Tadeo, antes de que San Pedro llegara a Roma; y los primeros artistas creadores de la imaginería religiosa cristiana fueron asiáticos. Los que vinieron y enseñaron a los nuestros eran asiáticos. Es cierto que los nuestros perfeccionaron algo lo aprendido y dieron impulso para evolucionar hacia el gótico sufragado con los tesoros de los templarios,  pero las policromías de la piedra ya se habían hecho en Mikra Asia, y en el Cáucaso. Venían pintores, escultores, canteros, cortadores de troncos, carpinteros, verdaderos especialistas. Lo verdaderamente sorprendente es comprobar, in situ, las pinturas de las iglesias cristianas excavadas en las rocas, de donde nacerá el concepto de iglesia oscura iluminada por diminutos tragaluces, o por las linternas, que eran los respiraderos primitivos. 

No es cuestión de andar con diatribas nominalistas, para intentar cambiar la denominación de “Arte Románico”, que acuño Charles de Gelville en el siglo XIX; pero yo creo que si hubiera estudiado el primitivo arte cristiano asiático allí, en las iglesias excavadas en las rocas, en vez de románico lo hubiera denominado ARTE ARMÉNICO

















 

 


domingo, 25 de agosto de 2013

San Bartolomé (Detalle de mi Sagrada Cena) ARTE ARMÉNICO.




Nuestro románico no es nuestro, es importado. Estuvo viniendo de Asia durante toda la Alta Edad Media. El Mediterráneo era como la Gran Vía, un trasiego de idas y venidas, y los caminos por tierra una constante de trasiegos de personas y mercancías. El centro del Mundo estaba en Kilikia, en Armenia,  en Bizancio. Lo de aquí, era el fin del mundo, el fin de la tierra. Los primeros cristianos del  recto camino, (orto-doxos) fueron los evangelizados por San Bartolomé y San Judas Tadeo, antes de que San Pedro llegara a Roma; y los primeros artistas creadores de la imaginería religiosa cristiana fueron asiáticos. Los que vinieron y enseñaron a los nuestros eran asiáticos. Es cierto que los nuestros perfeccionaron algo lo aprendido y dieron impulso para evolucionar hacia el gótico sufragado con los tesoros de los templarios,  pero las policromías de la piedra ya se habían hecho en Mikra Asia, y en el Cáucaso. Venían pintores, escultores, canteros, cortadores de troncos, carpinteros, verdaderos especialistas. Lo verdaderamente sorprendente es comprobar, in situ, las pinturas de las iglesias cristianas excavadas en las rocas, de donde nacerá el concepto de iglesia oscura iluminada por diminutos tragaluces, o por las linternas, que eran los respiraderos primitivos. 

No es cuestión de andar con diatribas nominalistas, para intentar cambiar la denominación de “Arte Románico”, que acuño Charles de Gelville en el siglo XIX; pero yo creo que si hubiera estudiado el primitivo arte cristiano asiático allí, en las iglesias excavadas en las rocas, en vez de románico lo hubiera denominado ARTE ARMÉNICO.

Letras orientales y letras latinas en la inscripción de Turienzo

https://steemit.com/spanish/@jgcastrillo19/documentacion-para-una-novela-historica

Cuando en una investigación se parte de cero, es preciso sentar aseveraciones contundentes, irrefutables, hasta que vayan divergiendo los caminos, y entonces es cuando se empiezan a dar pasos hacia adelante y hacia atrás...

Si al principio damos un paso en falso y seguimos adelante sin rectificar, huero será el resto de la investigación.

En esta  inscripción hemos partido de tres aseveraciones:
1.- Esa piedra no se colocó por primera vez en el lugar donde está.
2.- No se cincelaron esas letras con la intención de ser leídas ahí arriba, en ese lugar del paramento, pues no se llega a leerlas.
3.- Las letras no se cincelaron  a la vez, ni por el mismo cantero. Se sucedieron  en etapas sucesivas. Lo que no hemos determinado todavía es la cronología, ni cuánto tiempo medió entre unas y otras, a pesar de la fecha de la “era” correspondiente al año 1196, que quiere tapar las mezclas del epitafio.
http://www.jgcastrillo.com/2013/08/en-la-provincia-de-leon-una-inscripcion.html

Hemos de examinar de cerca las grafías “DEI” del alfabeto latino,  y compararlas con las del alfabeto cirílico y armenio inmediatamente inferiores:
(1º)

 (2º)

No son del mismo calado, ni del mismo cincel, ni del mismo cantero, ni siquiera de la misma época y es evidente que no son del mismo alfabeto aunque pertenezcan supuestamente al mismo epitafio. La maestría  en el cincelado del segundo (2º) es palpable si la comparamos con la torpeza del trazado del primero (1º), que parece de sacristán decimonónico.

No vamos a cansar con listas interminables de bibliografía, pero sí quisiera destacar en estos tres párrafos del artículo citado, que las  palabras  “DEI” y “FAMULA” son de las más utilizadas en los epitafios estudiados pero siempre  con la “V” en  “FAMVLA” y no con una grafía cirílica ni armenia ni georgiana. (1)

“Es frecuente en este taller el empleo de abreviaturas. Las de algunas pala- bras habitualmente repetidas en la mayor parte de las inscripciones pueden ser significativas; es el caso de annos, Domini, Dei, die, famula, la referencia al día del mes, esto es kalendas, nonas o idus, y la mención del mes. En lo que se refiere al término ANNOS en los primeros momentos es generalmente abreviado por suspensión mediante las letras ANN, con alguna variante como AN; también merece la pena constatar la inhabitual abreviatura por contracción ANS de la inscrip- ción de Pierius del 507. ANN es una abreviatura mayoritaria, con la presencia en algún caso de la palabra completa sin abreviar, en el siglo V y en el primer tercio del VI. A partir del 525, la situación se invierte y lo habitual es escribir el vocablo con todas sus letras, aunque en algún caso reaparecerá la abreviatura.”

“El término DEI se abrevia por contracción, DI, en todas las inscripciones situadas antes del 518. Desde ese momento hasta el 526 todos los epígrafes muestran la palabra completa. A partir de ese año reaparece la abreviatura y ambas formas se alternan ofreciendo un número de casos muy próximo. Desde el 537 la forma abreviada no es observada en las inscripciones mirtilenses, aunque en una correspondiente al 662 es utilizada de nuevo.”

“FAMVLA no se abrevia nunca antes del 528. A partir de dicho año se abreviará en alguna ocasión, generalmente FAM o FAML, aunque también conoce otras formas. De cualquier modo, la forma abreviada nunca conseguirá desplazar a la que no lo está, que seguirá predominando de modo claro, lo cual es habitual en el panorama epigráfico de época visigoda.”

(1) J. DE SANTIAGO FERNÁNDEZ, “Materia y elementos iconográficos en las inscripciones  cristianas de Mértola”, Documenta & Instrumenta.

viernes, 23 de agosto de 2013

Otra inscripción con letras asiáticas en Castrillo de la Valduerna (León)

Abundando en mi hipótesis, tratada en  distintas entradas de este blog, creo que un dato más la avala, y es el petroglifo de Castrillo de la Valduerna (León).

En primer lugar quiero expresar el reconocimiento a los descubridores. Hay que agradecerles el hallazgo que, creo,  es necesario analizar con precisión.

Antes de dar rienda suelta a la imaginación  sobre mítica simbología astral del hombre primitivo, hay que centrarse en la Edad Media, sabiendo lo ardua que es la investigación de este oscuro periodo, del que a duras penas vamos encontrando restos olvidados, a los que yo he venido llamando "teselas" de un gran "mosaico perdido".

También hemos de tener en cuenta que en la Edad Media se utilizaba la calzada romana  que unía Iruña Veleia con Astorga.

Hemos de leer el “petroglifo” en sentido horizontal, y no en sentido  vertical como se ha publicado:

http://www.diariodeleon.es/noticias/cultura/hallan-30-petroglifos-en-castrillo-de-valduerna-con-forma-de-herradura_720558.html

Vemos con nitidez algunas letras del alfabeto armenio, las más claras, en forma de  nuestra letra “U” mayúscula, interpretada creo que erróneamente como una “herradura” con las patas hacia arriba. Es la letra armenia “Se”, o bien,  la otra letra exactamente igual pero  con las patas hacia abajo, es decir: la letra armenia “Vo”.

En medio de estas dos grafías, se encuentra una letra “Tiun” (muy parecida a nuestra “S” mayúscula, que parece lo más probable), o una letra “Tso” mayúscula, (muy parecida a nuestra “g” minúscula).

Debajo de la “Tiun” , en el renglón inferior, se encuentra muy clara, sin desgastar, una letra  “Da” cirílica que no tiene parecido gráfico a ninguna letra de nuestro alfabeto latino. Y las letras que acompañan  por delante y por detrás a estos dos renglones están tan rotas o desgastadas que no se pueden leer claramente. Los fragmentos de estas letras se corresponden con fragmentos de varias posibles letras de los alfabetos armenio y cirílico.

Véase la primera palabra de la inscripción del epitafio siguiente, perteneciente al tesoro epigráfico del estado de Armenia:

una “Ke”, una “Re”, una “Ini”,  una “Se”,  una “Tiun”,  una “Vo”, y una “Se”, ahí pone “Kristós” en una especie de lenguaje, podríamos llamarle "aljamiado", para entendernos, es decir:  escrito con letras armenios, pero al leerlo en armenio suena "Kristós" fonéticamente palabra griega, muy común en inscripciones funerarias armenias durante la Edad Media.

Es de sospechar que las susodichas “herraduras” correspondan a la inscripción STO, letras mediales de la palabra KRISTOS (Kri-STO-s).  No obstante demos paso al análisis de otros especialistas en historia de la grafía armenia, para que aporten más datos al respecto porque, a pesar de que parece muy clara la explicación que doy, todavía ofrece dudas hasta que un especialista en epigrafía medieval armenia  -mejor si es armenio- descifre taxativamente la inscripción.

En cuanto  a las huellas del moro y la mora, de momento, sin  saber más datos que la tradición popular perdida, dejémoslo en un capricho de la naturaleza más que en una intención humana de marcar la huella de un zapato largo correspondiente a un número cincuenta y tantos de nuestro calzado.
¿VINIERON ARMENIOS A LEÓN CON LOS TEMPLARIOS?
Respecto a los armenios, primeros astrónomos, ya comentaremos en otro momento datos, por otra parte muy sabidos...

miércoles, 21 de agosto de 2013

En la provincia de León, una inscripción con letras de lenguas asiáticas

https://steemit.com/spanish/@jgcastrillo19/el-caucaso-en-espana-inscripcion-en-piedra-turienzo-de-los-caballeros

Una tesela más en  nuestras investigaciones:
Para entrar en el proceloso mundo de la epigrafía, necesito de la ayuda de especialistas, pues es tan vasto y difícil que requiere toda una vida intelectual para sentar cátedra. No obstante, he de constatar que me ha llamado la atención una inscripción en piedra que se encuentra en un pueblo de la provincia de León:  Turienzo de los Caballeros. In situ descifré gran parte del texto, pero lo fotografié para desentrañarlo más despacio.

martes, 13 de agosto de 2013

María Pilar Aguilar Marañón


  • "Allí, en Karahung, observando el movimiento de las estrellas con las piedras alineadas en la colina, me decía un astrónomo paisano de San Pablo que todo está en movimiento, aunque parezca que sólo se mueve la luna, y concluía que lo que se mueve, al mismo tiempo que se mueve, se está alejando, y, si el sol y la luna y las estrellas se mueven, nosotros nos movemos con la tierra aunque no nos demos cuenta. Y, si nos movemos, nos alejamos, porque todo lo que se mueve se aleja. O sea, que todo se mueve y todo se aleja; y si se aleja, se aleja de algo. Y si se aleja de algo es que antes estuvo junto a ese algo. Así que tuvo que haber un momento que todo estuvo junto, junto, junto, junto. Y cuando todo estuvo absolutamente junto, fue el principio, y si hubo un principio, tiene que haber un fin. ¿Ves qué fácil es imaginar el principio y el fin de todas las cosas?"
    (Conversación entre templarios en "El enigma de Baphomet", por Jesús García Castrillo)
    La sabiduría y la sencillez siempre están juntas, juntas, juntas...

Murias de Rechivaldo

Camino de Astorga (Se ve la silueta de la catedral a lo lejos)
 Ruinas del pueblo viejo destrozado por riadas. La primera casa la construyó el templario Rechivaldo.

 Cauce del río en año de sequía

 Ruinas inundadas

 Ruinas inundadas

Ruinas inundadas de una casa con ventanuco 

 Ruinas


Ruinas de la parte alta del pueblo viejo 


Ruinas 


sábado, 10 de agosto de 2013

Los armenios trajeron palabras en la Edad Media. Algunas palabras de origen asiático

https://steemit.com/spanish/@jgcastrillo19/etimologias-desconocidas-por-la-real-academia-investigacion-propia
"Cipote" (Etimología armenia)

La palabra “cipote” no es más que la palabra caucasiana,  y más específicamente armenia “chipot”, que significa "mayal", "vara tiesa".

La etimología sostenida hasta ahora la hacía derivar del latín “cippus” con el sufijo aumentativo tardío “ote”. Pero no hay ley lingüística que sostenga esta aseveración. Contiene la  “e” epentética (añadida) a "chipot" en el antiguo occitano, y desde ahí se propaga a todo el norte de España, desde donde se extendió, durante la Reconquista, a todos los hablantes de la península Ibérica.
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"Bigote"
De la misma manera, y con la misma "e" epentética (añadida) a "bigët" que conservó los dos primeros elementos consonánticos y el segundo elemento vocálico, si bien vaciló y alteró el primer elemento vocálico y consonántico final de la palabra armenia Begëgt  >  Bigöt."

"Mostacho", sin embargo,  es una palabra que también la importamos de lejos, pero no tanto como las anteriores. Ésta la trajimos de Atenas donde a la mata de pelos entre la nariz y la boca le llamaban "mustakion".



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CARAJO, etimología de origen incierto.

Con respecto a la palabra “carajo”, gallego “carallo, con significado de “verga”, existe una coincidencia, cuando menos curiosa, con el armenio: “աքաղաղ”  pronunciado algo así como [a` ka R gag] , digna de estudio, que tiene el significado de nuestro término malsonante y popular "polla". Espero más información  lingüístico- histórica de primera mano, por si hubiera que profundizar más o, por el contrario, abandonar el estudio. No obstante se hace mucho más difícil, siendo un término coloquial en cualquier lengua y, por lo tanto, lejos de consideraciones filológicas.
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El nombre “Gerardo” no procede del alemán sino del armenio.

Según la lingüística académica y oficial, el antropónimo “Gerardo” procede del germánico “gerald”, de la unión de las voces “ger”, "lanza, espada", y “(w)ald”, "gobierno, jefe, mando". En su traducción literal sería "el gobierno de la lanza", es decir: "la persona que tiene el poder por la lucha con lanza". San Geraldo era el conde de Aurillac (Francia) en el siglo X. Variante: Gerard, Guerau.

Observo con asombro que “գեղարդ”, en armenio suena más o menos como “guegard” y en armenio siempre significó “lanza” por eso la lanza del soldado Longinos, el que la clavó en el costado de Cristo, es la que dicen los armenios que conservan ellos, pero es una ingenuidad porque con la sola observación en la lanza se ve la cruz paté templaria de los siglos XII y XIII; y como la encontraron entre las ruinas de un monasterio armenio construido en época anterior le llamaron el monasterio de գեղարդ (Guegard) o el monasterio de la lanza.

Hemos de tener en cuenta que desde el siglo IX y X de nuestra cronología oficial occidental y eclesiástica los cristianos armenios fueron uña y carne luchando codo con codo con los cristianos europeos que viajaban a Tierra Santa, dependientes de los papas de Roma. Luego, unos siglos más tarde con el papado de Aviñón ya se difuminó todo y se dejó de aceptar armenios refugiados en Europa perseguidos por el Islam, pero hay que buscar en los archivos del Vaticano, que algo se encontrará.

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Las palabras “zapato” y “galocha” son préstamos medievales de lenguas asiáticas.

“Zapato” y “galocha” son dos palabras que entran en Europa con la venida de las lenguas de los canteros caucásicos y de Asia Menor,  durante la Edad Media.

Cuando no se tienen documentos escritos u orales directos, especular sobre etimologías ha llevado siempre a singulares divagaciones. Si no se dispone de más, la imaginación no es mala pero siempre que vaya acompañada de cierta lógica o, por lo menos, de que no repugne “in terminis” a la definición concluida.

Siempre ha sido un reto para los lingüistas, la obtención de una aseveración contundente de la etimología de las palabras “zapato”  y “galocha”. La Real Academia Española supo que en alguna lengua de oriente medio, para designar tal objeto de cuero que recubría todo el pie, la fonética encontrada era algo así como “sabat, o çabat o zabat o zapat”, y, dada la similitud fonética, fijó la etimología.


Lo cierto es que la taxonomización actual de las lenguas no corresponde con la intrincada red de elementos multifactoriales que durante la historia de las distintas lenguas se han ido enredando, de tal manera que ya es imposible encontrar  aseveraciones tan concluyentes  y absolutas para estas dos palabras, como lo son  para la palabra “castillo”, por ejemplo, que tiene su antecesor fonético inmediato en la palabra “castellum” de cuya etimología no cabe ninguna duda.

En la etimología de la palabra “zapato” nos encontramos con dificultades que algún académico resolvió en un “pispás”, dando como solución  apodíctica que procede de la palabra turca “zabata” sin más explicaciones, y se quedó tan fresco, para que todos los que consultáramos esa palabra, tragáramos esta etimología oficial de la Real Academia.

En Bashkirski y en Tatarski, dos idiomas uralo-altaicos hablados en las repúblicas ex-soviéticas  Bashkiria y Tatarstán, todavía  hoy día se conserva en su léxico la palabra “sabatá”.

Hemos de tener en cuenta un dato previo importante, y es que históricamente, el pueblo turco se formó como resultado de emigraciones en grandes oleadas humanas procedentes de esas zonas asiáticas de los montes Urales y los montes Alta; así podemos entender resumidamente que el turco es un idioma traído hacia el sur por los históricos uralo-altaicos del centro-norte de Asia.

Joan Corominas, probablemente tomó la etimología turca de “zapato” sin más, pero es necesario seguir profundizando en esa pista etimológica que nos lleva a los Urales y Altai.

Curioso es que otro tipo de zapato de iguales características pero hecho con distintos materiales, era la “galocha”, ¡curiosísimo!

“Galocha” está documentada en la historia del español, en la primera mitad del siglo XIV, y esta misma palabra en occitano antiguo. Sin duda, en francés, “galoche” tiene su origen en el sur de la lengua de “oc”  originario de las costas provenzales del sur-este de Francia.

Si trazamos una isoglosa de estas palabras en un mapa de Eurasia, las vemos documentadas en Bashkiria, en Tatarstán y  en amplias zonas de la actual Turquía, que comparte  la antigua Armenia, por  las zonas que circundan el Mediterráneo y en Occitania, por la zona de la actual Marsella. Verificamos que en el Cáucaso,  los mismos elementos fonéticos contenidos en la palabra: “krna(k)(l)osik” vigente en la actualidad son similares a los elementos fonéticos de la antigua “Kaloch”, con sus  elementos lingüísticos primigenios  y emigrados hacia el sur procedentes de los Urales y Altai.

Es sabido y constatado que las grandes emigraciones antes referidas, durante los amplios periodos anteriores a nuestra occidental Edad Media dejaron muchos de sus rasgos lingüísticos en  hablantes caucásicos aposentándose como tal en zonas de la antigua “gran” Armenia, en lo que hoy es, después de innumerables vicisitudes históricas, este y sur-este de Turquía hasta el mar Caspio.

Si seguimos con nuestras isoglosas correspondientes a la fonética de la raíz de estos dos signos lingüísticos “zapato” y “galocha” con el significado de prendas de calzado, nos encontramos con dos fenómenos interesantes: 1) que “kaloch” vacila en su fonética  dentro de la evolución en la histórica del idioma Bashkirsky y su vecino Tatarsky, en el interior de la antigua Unión Soviética, y confunde la primera consonante velar oclusiva sorda con su correspondiente sonora, constatando hoy día “galoch” y “galoche”; y  2) que “sabata” originaria de los Urales  y extendida hasta el sur de la actual Turquía,  permanece hoy extendida también en toda la zona de la actual Ufa en cancioneros tradicionales de los pueblos de los alrededores.

Después del asentamiento del Imperio Otomano en Asia Menor, “sabatá”, palabra aguda, se escribió con caracteres árabes durante todos los siglos del sultanato, en el idioma Turco de los últimos siglos de nuestra Edad Media hasta la reforma  caligráfica de Mustafá Kemal Ataturk, a principios del siglo XX, en amplias zonas del este de la actual Turquía, pero la fonética es la misma raíz para “sabata”, donde los fonemas labiales oclusivos sordo y sonoro se confundían participando del los hábitos lingüísticos del sustrato  lingüístico de la zona. Es decir, que la articulación fonética del fonema labial oclusivo sordo se identificó igual que hoy en los distintos idiomas semíticos, desde Arabia a Marruecos, con el fonema labial oclusivo sonoro,  y por eso los hablantes nunca distinguieron entre sabatá y sapatá. Esa es la razón por la que no se puede colegir que repugna lingüísticamente esa confusión sorda-sonora ya que no es una evolución contraria y repugnante de sonora a sorda, sino que es identidad concomitante de sorda-sonora, cuando la evolución fisiológico-fonética coherente en todas las lenguas  es la contraria: el paso de sorda a sonora.

Considerando este punto de vista, ya parece congruente lo que hasta ahora ha sido un enigma lingüístico no resuelto y solamente constatado en un elemento. Por eso, los académicos no se han metido en más profundidades más que a exponer que en castellano el étimo de nuestro “zapato” sea el turco “sabata” y el de “galocha” provenga del provenzal “galocha” o del francés “galoche”.

Pero lo que salta a la vista es la pregunta: ¿Y la palabra “galoche” surge en provenzal o en francés, por generación espontánea? Naturalmente que no.

Fijémonos en las conclusiones a las que llegó Joan Corominas habiendo constatado que por primera vez  encuentra palabras como “zapato” en nuestros pergaminos de  mitad del siglo XII, en concreto  en el años 1140: “No es seguro que haya relación etimológica entre estas palabras orientales “sabata” y “kaloch” y las de las lenguas de Occidente “zapato” y “galocha” con las cuales podrían coincidir por casualidad”.

Habiendo seguido el rastro a esa posible casualidad podemos resumir -sobre todo sabiendo ya acerca de la compenetración de los cristianos del sur del Cáucaso con los Cruzados y Templarios y el trasiego de todos ellos por el Mediterráneo hasta aposentarse en las costas del sur y sureste de la actual Francia- que la palabra “zapato” la trajeron los caucásicos cristianos al principio de la Edad Media a Europa con sus variantes fonéticas originales y quedó gramaticalizada en las lenguas románicas y sobre todo en el euskera desplazando a “coturno” “soccum>zueco” y  “calceum” por un proceso  metonímico, resultando las acepciones de calzar, calza, calcetín, calzón etc.

Es decir, que son las típicas palabras procedentes de un superestrato lingüístico asentado por las condiciones de las superioridad técnica y cultural en la manufactura del objeto. No olvidemos que los zapatos más antiguos realizados con iguales materiales y con una forma muy parecida a la de las pasarelas actuales se encontró en una cueva Armenia de 5000 años de antigüedad, cerca de la frontera de este país caucásico con Irán y Turquía.

Y en cuanto a las dudas y vacilaciones de nuestros etimologistas  sobre la palabra “galocha”, fehacientemente documentada en nuestra lengua a partir de bien entrado en siglo XIV, y que también se ubica como proveniente del provenzal antiguo o del francés antiguo, hemos de decir lo mismo, por lo que concluimos que las palabras “zapato” y “galocha” son dos  palabras de un superestrato lingüístico sobre el castellano y sobre el provenzal y sobre el francés; y naturalmente sobre el vascón, el várdulo, el aquitano, el caristio y  el autrigón substratos del actual euskera. Y desde luego nada asimilable a la posible solución que da Joan Corominas al establecer una posible etimología como una palabra patrimonial proveniente del latín vulgar: “calopea”, alteración de “calopeda” y esta del griego “kalón-podós”= madera en el pie” Esta etimología no hay por dónde agarrarla.

Resumiendo: “zapato” y “galocha” son dos palabras que entran en Europa con la venida de las lenguas de los canteros caucásicos y de Asia Menor,  durante la Edad Media; y que forman parte del acerbo del Armenio-Euskera  como constitutivos propios de la lengua vasca y como préstamos lingüísticos al incipiente castellano. De ahí que se propague al resto de las lenguas europeas donde cristaliza su uso, y en las lenguas románicas sustituye a las patrimoniales:  “coturno”, “soccum” o “calceum” con las soluciones metonímicas antes citadas.

Nota:
Hemos de tener muy en cuenta  que cualquier lengua, al tomar un préstamo  de otra, sobre todo si filogenéticamente es muy distante, el proceso de transformación  y adaptación fonética, puede ser  desde muy similar a muy distante y errático sin seguir ninguna ley evolutiva de la historia de esa lengua.

En el armenio actual, “zapata” sufre una reducción: “zpayt” >”payt” por lo que se ha alejado de la solución vertida en el euskera incipiente en la Edad Media: “zapata”

Albanés: “galloshe”
Turco: “galoş”
Griego:  galótsa
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"ZANAHORIA"   Para comenzar, hemos de tener en cuenta que no tenemos ningún documento en que aparezca hasta  final del XIV, o principio del XV. En la literatura o diplomática medieval no la he encontrado nunca. Hay que rastrear, por si acaso, en los tumbos y los fueros, pero creo que no vamos a tener resultados... No obstante, mientras no se demuestre lo contrario, vamos a sentar como fidedigno el final del XIV. El fonema inicial con grafía “ç” corresponde a una fonética “dentoalveolar fricativa sorda” que con el devenir de la aglutinación de las sibilantes medievales deriva  a la “dental fricativa” representada actualmente por nuestra “zeta”: “çanoria”/çahanoria.  ¿Por qué no podemos pensar en la palabra armenia actual  “գազարի” que se lee “gazari”. Hemos de profundizar más en la época en que venían armenios a construir catedrales a Europa, tres y cuatro siglos antes de que aparezca escrita en castellano: “çanori”/çahanori/ çahanoria. 

Nuestras sibilantes medievales fueron ocho: Cuatro fricativas y cuatro africadas, y a su vez, cada uno de los grupos, contó con dos dentoalveolares y dos prepalatales. Y para entendernos en román paladino, derivaron y se ajustaron al final de la Edad Media en una dentoalveolar fricativa sorda, y una dental fricativa.

domingo, 4 de agosto de 2013

Amigo Tomás:


Algún lector ya ha abandonado el agnosticismo y se ha convertido en ferviente panteísta.
A mí siempre me fascinó la obra de Spinoza en aquellas bibliotecas salmantinas. Esa esencia o sustancia según su propia terminología, que se crea a sí misma infinitamente... que con el sólo instrumento de su pensamiento llegó a concebir sin física, sin química, sin matemáticas y sin informática, casi cuatro siglos antes que Stephen Hawking, por pura intuición aunque expresada con lenguaje distinto... 

Pues otros cuatro siglos atrás, el protagonista Martín, ya había llegado a las mismas conclusiones desde que conoció las piedras horadadas de Karahung. Pero a la vez llega también  a la conclusión de que tener razón con antelación es lo mismo que no tenerla. Quizá por eso el héroe no es tal, no es un héroe novelístico al uso que triunfa en el amor, en la guerra o en la vida, y lo paga muy caro... Te deseo que esa “meditación” no sea torturante sino que sea tu mejor pasatiempo...  Dos abrazos.

Respuesta al mensaje de 
Jesús, te juro por todos los dioses (aunque soy agnóstico) que cuando vuelva a la normalidad, meditaré todas tus ya treinta y siete (y las que vengan) entradas.
Un abrazo.
Tomás

Rajoy-Molay Bárcenas-Rechivaldo 4 de Agosto 2013


Me pregunta una lectora a ver si estoy escribiendo estos episodios para defender a Bárcenas y a Rajoy. Jajajajaja. Pues en el final del episodio 37, el (37d) de próxima publicación, todavía se acentúa más el paralelismo:

Ya le he aclarado que esta novela se publicó en el año 2011. O sea que es pura casualidad el que justamente haya coincidido en este muro la publicación de estos episodios en estas fechas tan problemáticas para el Partido Popular.

Es cierto que cuando se levanta una calumnia a una sociedad entera, no suele surgir de la nada. Siempre hay unos más culpables que otros, tanto entre los calumniadores como en los calumniados. La calumnia en esos casos, suele ser por algún defecto del calumniado, que el calumniador exagera hasta límites insospechados y dañinos. 
No obstante de política actual, yo sé más bien poco, sólo lo que publican los periódicos,, que vete tú a saber... De lo que he sabido más es de la destrucción del Temple por la gran calumnia que  levantó el ministro de Felipe IV de Francia.

Entre los templarios, unos eran virtuosos y heroicos y otros aprovechados, e incluso, lascivos y corruptos. El Gran Maestre Jacques de Molay, al hacer examen de conciencia, algún defecto debió de verse en sí mismo, cuando en primera instancia se declaró culpable, aunque sufría torturas monstruosas. Después se dio cuenta de su gran error, pero ya era tarde. Y Rechivaldo tuvo en su vida varias etapas y fue víctima de las circunstancias, pero tenía grandes virtudes y grandes defectos, como todo el mundo... Pero este pensamiento no es nuevo, ya tiene por lo menos dos mil años: “...quien esté libre de culpa que tire la primera piedra...” Lo que ocurre es que lo olvidamos con frecuencia y no acostumbramos a mirarnos en el espejo nuestros “adentros”.

sábado, 3 de agosto de 2013

Mi muro en Facebook (1)


Pues el Jota ese, sigue despanzurrándose de risa. Hoy ha logrado vender otros diez millones de periódicos -con eso de que lo persiguen y vigilan y espían- a los que más lo odian, a sus enemigos, otros diez millones de eurazos. El tío domina su negocio a las mil maravillas, que es vender papeles que a él le cuestan un cinco por ciento de lo que cobra por ellos. Un genio del negocio el Jota... que arrebata la pasta a sus enemigos y encima los deja contentos...
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San Gregorio Illuminator (pergamino original)







viernes, 2 de agosto de 2013

Rajoy- Molay (Bárcenas-Rechivaldo)


Para que el paralelismo hubiera sido exacto, Rajoy tendría que haber sido torturado igual que Molay en París, y tendría que haber confesado culpabilidad para verlo arder en la pira de la plaza de Neptuno, delante del hotel Palace. Rechivaldo era el tesorero con sus más y sus menos, como Bárcenas.