Un viejo colega de docencia, buen lector y mejor amigo, me escribe:
“Jesús, he leído dos veces “El enigma de Baphomet”. Sólo caben dos opciones: o es la mejor novela histórica que he leído o es el mayor fraude literario si todo es verdad y nos engañas. ¿Esas tablas románicas las has pintado tú también? ¿Y los pergaminos?...” Amén de otras cuestiones más personales.
Y al final de la misiva vuelve a la novela: “...si es un fraude deberías estar en la cárcel. Esas tablas y pergaminos deberías declararlas...”
No revelo el nombre por su expreso deseo.
Y le respondí: “No te preocupes por mí. Es una novela, y como tal, una creación artística pictórica y literaria. Concibo el arte como un engaño consentido para entretener los ratos libres, así que déjate engañar que es de lo que se trata. Y gracias por el halago.
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