lunes, 14 de marzo de 2016

Nacionalismo maragato



Mezclar las costumbres, los trajes regionales, los bailes y danzas, los instrumentos musicales, y las lenguas, dialectos y modalidades lingüísticas múltiples con la división del estado que tanto ha costado construir durante los últimos mil años hasta desembocar en la constitución de 1978, no puede obedecer más que intereses particulares de oligarquías que azuzan los sentimientos de quienes no hacen más que trabajar de sol a sol sin darse cuenta de que los están sosteniendo en sus poltronas.

Por la regla que miden los separatistas de toda índole, los maragatos tendríamos el doble de argumentos para tratar de destruir la unidad de España. Hay una diferencia esencial. Los maragatos desde tiempos inmemoriales hemos emprendido largas caminatas con las tartanas, hemos viajado por todo el mundo, hemos tratado de conocer y escuchar a toda clase de gentes, de saber valorar el pensamiento del contrario y gustar de otras costumbres y, por qué no, a llevar las bragas negras de raso hasta los gauchos argentinos.

Si nos hubiéramos quedado “bajo los montes” del Teleno mirándonos el ombligo allí, “submontia” > “sumontia” >"somontia">"Somoza", estaríamos pensando todavía que el traje solemne de los domingos: las polainas negras, las bragas de raso, la chaqueta y la camisa bordada y el sombrero negro, con el rodeo, la mantilla de mil colores y el pañuelo de seda, las castañuelas y el tamborín, y sobre todo “la zapateta” y "la covada", nos haría superiores al resto de los mortales. ¡Pasen señores, viajen, oigan y vean…!





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