sábado, 21 de abril de 2018

Carta a mi alumno Vivente Pineda.

Jesús García Castrillo Vicen Pineda Olveira: Y cuando te cuenten cuentos falsos como que antaño, el centralismo de MADRIT, tenía planes de inundar Cataluña de maestros castellanos porque la lengua catalana era perseguida y no se quería que los niños hablaran en catalán, diles que tu profesor de Lengua en Málaga sabe más que ellos, no por ser más listo sino por ser más viejo y haber vivido más. En Cataluña un perito textil ganaba 10 veces más que un maestro, y la carrera de perito era muchísimo más fácil que la de maestro, de tal manera que en las Escuelas de Magisterio de Cataluña no se matriculaba casi nadie para ser maestro, y pedían maestros a toda España, porque no había maestros nacidos en Cataluña. Fíjate que a mí me llamaron por ser estudiante universitario sin tener la carrera de maestro, y me nombraron con nombramiento oficial y legal, porque no se cubrían todas las plazas libres y se inventaron el título de “Maestro Sustituto Idóneo”, que es lo que fui yo en Barcelona. En mi colegio solo la directora y otro maestro eran catalanes, y otros dieciocho éramos del resto de España, y eso de que se prohibiera hablar en catalán, es mentira. Yo, en un trimestre ya hablaba catalán con la directora y con el otro maestro porque yo mismo les decía que no me hablaran en Castellano. A los chavales jóvenes los engañan con una caña. A los viejos es más difícil que nos engañen los señoritos políticos burgueses de la Bona Nova y del Barrio de las torres de Sarriá….

viernes, 13 de abril de 2018

El currículum de los candidatos a diputados

Esta muy bien que el PSOE saque los colores al PP por las asignaturas del máster de Cifuentes si es que fueron aprobadas por enchufe, pero  sería mejor que los colores se los sacara otro que no fuera un tío  que fue elegido diputado publicando que era licenciado en Matemáticas y  que además repitió otra legislatura con la misma mentira. Somos muchos  los que votamos, yo por ejemplo, al que más preparación académica  tiene según figura en su currículum. Este diputado debería dimitir de todo cargo político inmediatamente, por haber obtenido el escaño con tamaña mentira. Con los que no estoy de acuerdo es con los que en redes sociales se meten con sus apellidos: Franco y Pardo; ni con el que dice que  es tan grave como apellidarse Pazo y Meirás. Eso ya son ganas de fastidiar, creo yo.


Lo que sí deberían de publicar  todos los partidos serían a todos los que han falseado sus títulos universitarios  o de cualquier tipo  y excluirlos de por vida para cualquier cargo político, también creo yo...

lunes, 9 de abril de 2018

Los frailes de Cataluña

Cuando yo trabajaba en Cataluña hace unos lustros, los frailes de Poblet eran normales, cultos, y no tenían ni antipatía, ni animadversión a los que visitábamos el monasterio. Vestían el hábito cisterciense siempre, tanto dentro como fuera del monasterio, traje talar que los ungía  de una cierta dignidad. Se consideraban españoles y cierto es que la mayoría hablaba catalán igual que castellano. Es más, se consideraban igual de españoles que los que no habíamos nacido en   Cataluña y  dejábamos allí  nuestra trabajo, lo mejor de nuestra juventud.  Y todavía es más, el que había sido Superior General llamado el Padre Mateo, que por cierto  había nacido en Praga, no solo amaba a Poblet y por supuesto a las provincias catalanas sino que amaba a España de igual manera como lo hicieran  los abuelos del actual  fraile, el Padre Abad de Poblet,  que eran los voluntarios catalanes que con la manta y la barretina y una escopeta se embarcaban para defender su patria, España, en la guerra de África como los mejores y más aguerridos patriotas españoles. Pues el Padre Mateo,  Padre General de la Sagrada Orden del Cister, no solo había amado a España sino que quiso ser enterrado en España, en su monasterio de Poblet.  Una nota curiosa: por aquellos días en los campamentos de verano organizados por los distintos colegios  de Salamanca nos enseñaban canciones tanto en catalán como  en vasco como en gallego: incluso todavía recuerdo una canción en valenciano popular que decía así: “la cansió de la taberna es molt fasil de cantar, dose botes mil ampolles  i els que les va buiyar. Tots son homes, non hi a dones, que els fa vergonya entrar”. Un tanto machista, eso sí, cosas de hace medio siglo.
Yo sabía del amor a España que tenían los monjes de  los monasterios de Cataluña, y por supuesto  los de Poblet, de donde es hoy Abad el fraile  que bajo no sé qué influencias ha transformado aquel amor a España en aversión malsana. ¿Cómo es posible que los monjes de Poblet hayan sufrido esta transformación desde el amor hasta la aversión? Sólo ellos pueden responderlo. Creo que no son conscientes de que el resto de los españoles sentimos que son nuestros los monasterios no solo el de Poblet sino también el de Las Santas Creus, y el de  Vallbona, tan cercanos los tres, con tanto arte y tanta historia de la nación española.

He vuelto a pasar por estos monasterios para recordar tiempos juveniles y me causó una rara sensación vistas las expresiones de los visitantes: algo indescriptible se mascaba en el ambiente, e hice unas fotografías de las que quiero dejar constancia, sobre todo del epitafio grabado  al lado de la tumba de aquel Padre Mateo que tanto amaba a España. que dice así:
"DOM MATEO  QVATEMBER, ABAD GENERAL DE LA SAGRADA ORDEN CISTERCIENSE, SUCESOR DE SAN ESTEBAN, FUNDADOR DE LA ORDEN CISTERCIENSE, Y SUCESOR DE SAN BERNARDO, NACIÓ el PRIMERO DE MAYO DE 1894, MURIÓ  el 10 de FEBRERO DE 1953.
AMÓ A POBLET Y A ESPAÑA





domingo, 25 de marzo de 2018

El Santo Grial de León



He oído decir a un indocumentado que la Semana Santa es una fiesta para festejar la llegada de la primavera, cuando es la conmemoración de la Muerte y Pasión de Jesucristo y la manifestación pública de la fe cristiana mediante representaciones escénicas y escultóricas en toda España y países donde la religión cristiana es profesada por la mayoría de habitantes.
Hoy, Domingo de Ramos, voy a recordar mi diálogo con una amiga de Facebook hace cuatro años.
Desde luego, es muy raro que en la Edad Media, se escogieran dos cuencos de piedra datados en el siglo I de nuestra era y se engarzaran en ellos medio kilo de oro y las más preciadas joyas para que sirviera de cáliz en las celebraciones religiosas, sobre todo para conmemorar esa Pasión y Muerte de Jesucristo. Sin duda esta copa tuvo un significado excelso y celebrado.
El diálogo fue el siguiente:
jgcastrillo: Cuando salga el libro de Margarita Torres Sevilla,y José Miguel Ortega del Río sobre los dos cuencos de ónice unidos por láminas de oro de la más exquisita orfebrería medieval con gemas valiosísimas engastadas en él opinaré con más conocimiento de causa, pero ya tiene muy buena pinta la fundamentación de la tesis sobre su origen y significado: el Santo Grial.
Este cáliz conocido por su pertenencia a doña Urraca, y la cruz de doble brazo del tesoro de Astorga, 

cruz que, al parecer, era la reliquia más preciada del castillo de los templarios de Ponferrada siempre han sido mis dos joyas preferidas, por lo enigmáticas, por lo bellas y por lo valiosas. Espero con impaciencia la edición del libro que revela las peripecias del cuenco de Jesucristo en su última cena desde Jerusalén hasta León.
María Pérez: Pero esta Cruz y el Cáliz son impresionantes, y cuando uno piensa en su Historia, por las manos que habrán pasado,...se queda uno alelado imaginando y soñando
jgcastrillo: En mi novela "El enigma de Baphomet" hay algo de autobiografía. Mira esta página: 
" Un día, al terminar las clases de la tarde, con el otoño bien entrado, salimos de la academia, corriendo, a comprar una peseta de castañas asadas, y las fuimos comiendo hasta el atrio de la catedral.
Raúl me dijo:
—Ven conmigo, que subiremos al campanario. El pertiguero me conoce y conoce a mi familia, y me deja entrar por todos los vericuetos. Verás qué risa. Tengo que enseñarte en la sillería del coro un mono tallado en madera chupándose la pilila, y muchos, muchos secretos que no sabe nadie. Pero, según le dé, porque otras veces me dice que el Magistral le va a echar la bronca si me ve hurgando en las piezas del tesoro, y se niega en redondo. Hace unos días me decía que viniera yo una noche, que se oían los lamentos de las ánimas de todos los cadáveres que hay enterrados dentro.
—¿Y viniste? —le pregunté asombrado.
—No, no, ¡menudo miedo!
Llegamos hasta el pertiguero que nos recibió cariñosamente con una sonrisa y son apacible. De pie, vigilante, contemplaba las multicolores nubes del crepúsculo con las llaves de todos los cerrojos ensartadas en un aro. A su lado, en el suelo, un serillo que contenía un puchero humeante y dos manzanas reinetas
—¡Hola, Raúl! ¿Venís a oír las ánimas?
—Déjanos subir al campanario, que le voy a enseñar a mi amigo la campana María.
—Hoy ya es muy tarde para eso. Son muchos escalones y si os pasa algo yo soy el que me la cargo. Para eso venís por la mañana cuando suba el campanero. Si quieres, le enseñas a tu amigo el tesoro y los libros viejos durante este rato antes de que cierre, que estoy esperando a...
Raúl tropezó con el serillo.
—¡Cuidado! —le dijo sujetándolo— ¡Que derramas el caldo! Es la limosna del obispo para el mendigo del pie cortado, la cena de cada día. Estoy esperándolo. Mira, ya se ha derramado un poco. Se ha manchado la servilleta. Venga, pasad dentro que está al llegar el mendigo, y cuando le dé la limosna, cierro.
Yo le pregunté:
—¿Hay libros de apellidos?
—Aquí hay de todo, hay nombres, apellidos, escrituras de todos los obispos desde Nuestro Señor Jesucristo hasta nuestros días. Pero tú no puedes entender las letras, para eso hay que haber estudiado mucho. No las entiendo ni yo siquiera. Venid que os los enseño. Os dejaré tocar las esmeraldas y el oro; la cruz de oro de los templarios, no se la dejo tocar a nadie, sólo a Raúl y a ti, por supuesto —me dijo—. Pero los libros ni tocarlos, sólo verlos; nada más que verlos porque se les rompen los hilos de bramante con los que están cosidos los cueros.
El pertiguero Prudencio no podía imaginar que me estaba inoculando el veneno de la curiosidad y la afición a la filología
Al cabo de unos años, cuando ya estudiaba en la universidad de Salamanca, escudriñé el archivo de Astorga, los libros de bautismos en las parroquias cercanas y todos los pergaminos a los que tuve acceso..."
María Pérez: Uff, increíble suerte la tuya!
jgcastrillo: El pertiguero no se llamaba Prudencio. Se llamaba Emilio. A última hora cambié los nombres verdaderos por los seudónimos para los personajes de la novela.
María Pérez: Y la campana? Mi abuelo me contaba los nombres e historias de las campanas pero tristemente ya no me acuerdo, aunque eso de María... Recuerdas el nombre de la otra u otras?
jgcastrillo: Que yo recuerde: La Prima, La Sardinera, las Pascualejas, las Feriales... No recuerdo ahora más, pero seguro que si miro papeles, me sale alguna más....

Y dicho sea de paso: recomiendo que por lo menos una vez en la vida hay que pasar una Semana Santa en Málaga.

jueves, 18 de enero de 2018

El cuento del bitcoin y las nueces


















Cuando he leído hoy que los  grandes banqueros de dólares, euros, libras y yenes, dicen que nadie compre bitcoins porque no son de fiar  y observo la gráfica que con sus altos y bajos no hace más que subir y subir, no puedo por menos que recordar mi cuento:


Hace ya un treintena de años, a mil kilómetros de aquí, paseaba yo por un mercadillo al aire libre  un ratito antes de que terminara la jornada hacia las dos de la tarde. Algunos ya comenzaban a recoger los tenderetes.

Vi llegar a un hombre de unos 65 ó 70 años, sudando y encorvado, cargado  en sus espaldas con un saco que posó discretamente en el suelo, y respiró profundamente muy  cansado, en una esquina al lado del concurrido mercadillo. Inmediatamente empezó a anunciar su producto:
¡Nueces  a 20 pesetas el kilo, nueces, nueces….!  -Y del mismo saco, extrajo  una pequeña báscula romana.
A unos metros de mí, un hombre que probablemente frisaba los cuarenta se antepuso en mi camino cuando vio mi ademán de acercarme al de las nueces. Trajeado, brillantina en el cabello bien peinado, zapatos de cordones y puntera. Parecía un banquero o por lo menos un elegante bancario. Me dijo bajando la voz:  “ se va a buscar usté un poblema, se las arrobó a mi suegro y mi suegro ha ido al juzgado a denunciarlo, y además no paga el puesto  al Yuntamiento. ¿Ve usté que está en la cera y no tiene puesto? Tendrá que devolver el saco  a su amo  cuando vengan los guardias a detenerlo".
Me aparté a un lado  y discretamente me escondí detrás de unas lonas para observarlo, porque no casaban sus atuendos con la particularidad  de su léxico.
A cada persona que se dirigía al de las nueces lo abordaba y le decía la misma cantinela, con lo que el pobre hombre de las nueces se desgañitaba gritando viendo que ya terminaba la jornada y no había vendido nada.
En pocos minutos, cuando ya todos recogían sus trastos y los colocaban en las furgonetas, no quedaban clientes en el mercado, y el hombre de las nueces desesperanzado suspiraba sollozante mirando su saco lleno.
En esto, vi al del traje acercarse  al anciano y comenzó un dialogo, yo me fui paseando con el periódico haciendo como que lo leía para pasar a su lado:
--Qué llevas, buen hombre?
--Nueces, las mejores de toda  España. ¿Cuántas quiere usted? -contestó el anciano.
--¿A cómo?
--A 20 el kilo, pero si se lleva dos kilos se los dejo en 30 pesetas.
--¿Cuántos kilos lleva el saco, compadre?
--Cuarenta y cinco kilos más o menos, kilo arriba, kilo abajo.
Al buen hombre  le temblaba la cabeza como si padeciera Parkinson.
El del traje se quedó como pensativo atusándose la barbilla sin dejar de mirar el saco y terminó diciéndole:
--Yo le doy 100 pesetas por todo el saco.
El buen hombre, miró al cielo dudando, estiró la espalda desencorvando un poco la chepa, se secó una lagrima con el puño de su chaqueta remendada y accedió al trato. Con el billete de 100 pesetas en el bolsillo se fue  jadeante a la fuente del pilón público a echar un trago de agua y se sentó cansado.
El del traje cargó el saco a las espaldas y a paso rápido lo llevó a la calle adyacente donde tenía aparcado un Mercedes viejo  color verde claro con los neumáticos desgastados. Abrió el capó y depositó su triunfo dentro. Arrancó al tercer intento y se fue echando humo negro por el tubo de escape.
Me acerqué al buen hombre que ya estaba llorando para decirle que si estaba cansado lo podría  llevar yo en mi coche hasta su casa, y muy sorprendido me dio las gracias pero no accedió a mi ofrecimiento.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Lección dada a Pablo Iglesias


  • 7 DICIEMBRE 2017

  • Por Manuel Pastor Martínez

    http://lacritica.eu/noticia/1314/manuel-pastor/carta-abierta-a-pablo-iglesias-sobre-el-fascismo.html

    Estimado Pablo:

    Aunque, según creo recordar, fui profesor tuyo de una asignatura sobre el sistema político de los Estados Unidos –asignatura que personalmente apoyé que se incluyera en el plan de estudios de la licenciatura en Ciencias Políticas–, creo que no fuiste alumno mío en otra asignatura que enseñé durante casi tres décadas, Ideologías Políticas, en la que dedicaba bastantes clases a un análisis histórico y politológico, lo más riguroso y objetivo posible dentro de mis capacidades y el tiempo disponible, del fascismo.


    Otros compañeros, colegas tuyos –y alumnos míos– de aquellos años, ahora también en la pomada política, lo recordarán: Ignacio Cosidó, Javier Fernández-Lasquetty, Rafael Simancas, Juan Carlos Monedero, Ariel Jerez (Carolina Bescansa, creo, fue alumna mía en Doctorado), Rita Maestre, Ramón Espinar… Incluso la infanta Cristina de Borbón y Grecia.

    Modestamente, he dedicado al topic como dicen los americanos muchos años: desde mi tesis doctoral en 1976 (que se plasmó parcialmente en dos libritos publicados) y aproximadamente una veintena de artículos y ensayos hasta la fecha. Pero lo importante no es lo que he escrito sino lo que he leído en cuarenta y seis años de profesor universitario. Creo que todo ello me cualifica como un humilde “especialista” español en la materia.




    Nunca me propuse escribir una obra sistemática y general sobre el fascismo porque, entre otras razones, ya existen varias excelentes, y entre ellas la de mi maestro y adviser en la Universidad de Wisconsin, Madison, mientras investigaba para mi tesis doctoral, el historiador e hispanista Stanley G. Payne. Autor de varios libros sobre el fascismo en general y el falangismo/franquismo en particular –como ha reconocido el escritor y fascistólogo Jonah Goldberg– Payne es probablemente el máximo experto vivo, especialmente con su enciclopédica obra, de obligada referencia, Historia del Fascismo, 1914-1945 (Planeta, Barcelona, 1995; edición en inglés: A History of Fascism, 1914-1945, University of Wisconsin Press, Madison , 1996).

    Permíteme, Pablo, que te dé una pequeña clase “diferida” (más vale tarde que nunca), en tono coloquial pero con fundamentos académicos, sobre el fenómeno de que hablamos. Pero, eso sí, te ruego no caigas otra vez en la vulgaridad de usar el adjetivo fascista, como ha sido característico de las izquierdas, como mero insulto político.

    No voy a proponerte ninguna definición, y este espacio en el que escribo tampoco permite largas disquisiciones. Podría usar distintos enfoques, pero voy a adoptar uno que te resultará familiar por tus querencias ideológicas marxistas-leninistas. Los autores que cito pertenecieron a ese movimiento en el que tú has militado o militas (ignoro los matices de tu evolución personal hasta la fecha). Aunque algunos renegaron finalmente del mismo, todos conocieron muy bien la teoría y la práctica de lo que históricamente se implantó, precisamente hace ahora cien años, en Rusia: el comunismo.

    Lenin ya intuyó en 1912, en un artículo escrito para Pravda en el exilio suizo, que Mussolini –elegido líder del socialismo italiano en el congreso de Reggio Emilia– era lo más parecido a un bolchevique en Occidente. Mussolini a su vez imitará a Lenin en 1922 al conquistar el poder por métodos extraparlamentarios (para ambos episodios, véase Paul Johnson, Modern Times, Weidenfeld & Nicholson, London, 1983).

    En 1934 Stalin sorprenderá a sus camaradas en el vértice del poder soviético por sus comentarios admirativos hacia Hitler (“Nuestro colega Hitler… ¡Espléndido!”) con motivo de la matanza de opositores nazis en la Noche de los Cuchillos Largos (véase Simon Sebag Montefiore, Stalin. The Court of the Red Tsar, Weidefeld & Nicholson, London, 2003) y en correspondencia en años posteriores le felicitará por su “decidida brutalidad revolucionaria” anti-burguesa (P. Johnson, ob. cit.).

    Stalin fue un maestro, a través de la Komintern, en aplicar propagandísticamente el calificativo fascista, más bien como insulto, a fenómenos políticos muy diversos: “socialfascistas”, “anarcofascistas”, “liberalfascistas”… finalmente a los propios opositores comunistas durante el Terror (Procesos de Moscú, liquidación del POUM en España) entre 1935-38. En su permanente batalla contra Trotsky, el concepto de “Socialismo en un solo país” desde 1924, combinado con el nacionalismo gran-ruso, se aproximaría notable y progresivamente al “nacional-socialismo” de los fascistas y nazis. Así lo percibió claramente Trotsky en su obra clásica La Revolución Traicionada (1936), en la que afirmó que el estalinismo y el fascismo eran sistemas simétricos.

    El pacto Totalitario Hitler-Stalin de 1939 resultó inevitable. El término totalitarismo había sido empleado en 1918 por Alfons Paquet en referencia a la dictadura de Lenin en Rusia; aunque había importantes diferencias, en 1923 lo empleará Giovanni Amendola referido a la dictadura de Mussolini en Italia.

    Desde 1939, dos importantes intelectuales americanos de inspiración trotskista pero ya ex comunistas, James Burnham y Max Eastman, elaborarán un análisis comparativo y una teoría del Totalitarismo a partir de los dos sistemas más radicales y criminales, el comunismo y el nazismo. Max Eastman en su obra Stalin´s Russia (1940) y James Burnham en The Managerial Revolution (1941), ofrecen esquemas interpretativos que con matices y distingos asumirán un gran número de historiadores, sociólogos y politólogos hasta nuestros días.

    Fundamentalmente el comunismo y el fascismo comparten un mismo rechazo del capitalismo, la cultura burguesa occidental, el sistema democrático parlamentario y los derechos y libertades individuales. Su preferencia por un fuerte estatismo, la dictadura, el partido único, la policía política, los campos de concentración, incluso el anti-semitismo y la represión de las minorías, etc., son comunes. Las ideologías políticas respectivas se relativizan en función de su utilidad para el poder y, como consecuencia, se reducen a una exaltación del líder carismático y un populismo para consumo de las masas. Nada hay, por tanto, de “derechas” en el fascismo/nazismo. Pablo, espero que estas notas te sean útiles en el futuro para que tú y tus colegas empleéis el término fascismo con mayor rigor, y dejéis de usarlo gratuitamente, como cuando siendo adolescentes hacíais en las asambleas de la Facultad, desinformados o manipulados por algunos profesores progres, emulando a Stalin y la “agit-prop” de la Komintern.




    Manuel Pastor Martínez


    Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid