martes, 15 de noviembre de 2011

El armenio se habla en el norte de España. (El mito de la antigüedad de la lengua vasca). (Conferencia pronunciada ante los colegas lingüistas e historiadores en el ágape de la jubilación) primera redacción


El armenio se habla en el norte de España.
En el país vasco español y francés y parte de Navarra se habla armenio mezclado con lenguas romances y un sustrato importante de lenguas primitivas prerromanas



(Conferencia pronunciada ante los colegas lingüistas e historiadores en el ágape de la jubilación)


Jesús García Castrillo

Antes de empezar, quiero rendir reconocimiento y agradecimiento a los lingüistas vascólogos y no vascólogos, incluso —por qué no— a los que han falsificado documentos porque, con su trabajo tesonero, esparcieron las semillas de las que yo he podido cosechar las siguientes consideraciones:

Siempre se nos ha dicho que no existen blasfemias en idioma euskara. Ni siquiera se nombra a la divinidad en exclamaciones, exactamente igual que en idioma armenio. Para blasfemar, los vascos utilizan el idioma castellano donde abundan expresiones disfemísticas y procaces. Aparentemente, esta coincidencia no tendría importancia si no viniera acompañada de otras de mayor calado.

Ahora que entro en la “senectus”, inaugurando hoy la “jubilatio”, ya me puedo permitir toda clase de licencias estéticas, por eso, amigos y compañeros, voy a utilizar la blasfemia como recurso literario para enmarcar esta charla. Que nadie se alarme ya que será la blasfemia proferida con la mayor ingenuidad del mundo y sin ánimo de ofender a nadie.

Es la primera blasfemia pronunciada en castellano sin “cagarse” en nada ni en nadie. Simplemente os digo que el euskera no tiene más de ochocientos o novecientos años.


Recopilaba yo fotografías de códices antiguos con los que redactar mi novela “El enigma de Baphomet”, y encontré un escrito del siglo XIII, al que, en un principio, no le di importancia, pues nada añadía a lo que yo buscaba acerca de los templarios.

Después de varios años, he vuelto sobre la fotografía de aquel escrito. Tendría que retroceder sobre mis pasos rebuscando entre las migajas del camino recorrido por archivos catedralicios, para dar de nuevo con el documento original. Quizá en Burgos, quizá en Lerma o en alguna sacristía de un monasterio del antiguo Reino de Navarra, lo cierto es que se me quedó olvidado entre la ingente cantidad de legajos sin clasificar ni estudiar en los distintos baúles y estanterías de las que tanto polvo sacudí en mis investigaciones.

He transcrito la hermosa letra redonda germánica en un castellano del siglo XIII impecable. Y lo he traducido a castellano actual. Dice así el pergamino:
“Nos acompañaba el presbítero Benigno, emisario del obispo Mauricio, quien había vuelto hacía pocos lustros de la tierra de Nuestro Señor Jesucristo, no para realizar trabajos serviles, ya que no se manchó el hábito ni un solo día, sino para traducir, para entender a los canteros, levantadores de piedras, arrastradotes de piedras, pedreros; y trasladarnos sus pensamientos. Estos pedreros y canteros estaban preparados para comenzar las obras de nuestra santa iglesia. Habían llegado días antes desde Sicilia, pero venían de más lejos huyendo de sus enemigos como tantos otros que ya construían, como artesanos sutiles de la piedra, muchas otras catedrales en todos los reinos. Habían llegado por cientos a las costas de Francia, a los puertos franceses de Marselia y de La Ópida, y muchos de ellos con sus mujeres y con sus hijos. Muchos de ellos fueron bienvenidos a la corte de Fernán González. Eran afables y muy cristianos, muy devotos de la Virgen María, de San Bartolomé y San Tadeo, apóstoles de Jesucristo. Su hablar era endemoniado, parecía que ladraban en silencio cuando hablaban entre ellos. Pero sus piernas y brazos eran fuertes como las mismas rocas, de tantas piedras como habían subido a sus hombros potentes para colocarlas en los muros y fabricar los monasterios e iglesias, moradas del Señor de los ejércitos”.

Me lancé sobre este escrito con pasión y lo analicé con lupa, pues de otra manera dice que en los siglos X, XI, XII y XIII de nuestra era, —antes de ayer, hablando en términos de la historia de una lengua—vinieron a Francia desde el lago Sevan, cerca del mar Caspio, oleadas de armenios a construir las más de dos mil edificaciones religiosas, catedrales y monasterios, por la pujanza y riqueza que había adquirido en Europa el poder eclesiástico.
Traté de documentarme sobre la historia de Armenia y sus apóstoles evangelizadores Tadeo y Bartolomé, quienes, años antes que San Pedro emprendiera su largo viaje a Roma ya ellos dos habían evangelizado las mesetas de Karahundg en Armenia. No es de extrañar que “El Libro de los Hechos de los Apóstoles” atribuya a un milagro del cielo, aprender, desde el arameo materno, aquellas lenguas caucásicas tan intrincadas y difíciles, a puro machetazo, sin libros de gramática ni pedagogía en el aprendizaje de idiomas.

Tenía ante mis ojos el documento del que se induce una blasfemia lingüística: rectificar a Koldo Mitxelena y a toda la pléyade de vascólogos, quienes sostenían que el idioma vasco procede de un pan-vasquismo lingüístico universal y primitivo, y que se había quedado aislado desde tiempos inmemoriales en el rincón de las actuales tierras vascongadas, diversificado en tantas modalidades dialectales como verdes valles de Euskadi.


Koldo Mitxelena detectaba substratos lingüísticos prerromanos en todos los pueblos en los que se hablaba su euskara querido. Detectaba raíces lingüísticas de los primitivos prerromanos, también otras palabras que las relacionaba con los pobladores Berones, con su capital Vareia cuyo nombre sobrevive en el nombre de la población actual de Varea con quienes lindaban inmediatamente otras tribus primitivas, y otras al lado de las sierras habitadas por los Várdulos, los Caristios, los Autrigones, los Pelendones y los Aquitanos, todos ellos hablando otras lenguas muy primitivas que, como en todas las riberas de los ríos de toda la Península Ibérica, dejaron substratos lingüísticos: palabras que perduraron en el latín vulgar de los romanos del siglo I.


A pesar de todo, mi profesor Koldo Mitxelena siempre tenía la mosca tras de la oreja: a cada conclusión que llegaba le parecía contradictoria con la anteriormente investigada, exactamente igual que le había pasado a Leibniz, el principio del siglo XVIII cuanto intentó descubrir los orígenes del euskara sin llegar a ninguna conclusión cierta. (http://www.jgcastrillo.com/2013/10/leibniz-investigo-el-origen-de-la.html)


Tanto los simplemente curiosos, como los lingüistas investidos con birretes doctorales, vamos caminando lentos aunque, a veces, a un afortunado como a mí, le acompañe la suerte de dar un paso gigantesco hacia delante, habiendo encontrado un escrito como éste.

A pesar de la evidencia, no quise que me ocurriera como a los vascólogos con las inenarrables “ostrakas” [1] de Iruña Veleia (“óstrakas” les llama el catedrático de la Universidad del País Vasco, Doctor Gorrochategui), el intento de engaño más burdo que alguien haya intentado; y se lo envié a mi amigo y compañero de carrera Iñaki S. Ayestarán de ascendencia “vasca, vasca”, para que lo analizara, pues juntos habíamos seguido con pasión el descubrimiento  de las ostracas  con inscripciones falsificadas en las ruinas romanas de Iruña Veleia, con las que alguien había pretendido demostrar que el idioma vasco figurara falsamente como el idioma más antiguo de la tierra.
Iñaki me señaló dos detalles extraños:
 1) “… Francia…” ¿Existíría como tal nombre de Francia en el siglo XIII?
 2) “… cabe cibdades nomneadas Marselia iet Illa Ópida…”

Sin duda, “Ópida”[2] sólo puede referirse a la ciudad de la costa francesa “La Ciotat”. Pero que en el siglo XIII se conservara “illa” como el antecesor lingüístico del artículo determinado, y que a la ciudad de la costa francesa le llame “Ópida”, y además con una tilde perfectamente señalada, me han hecho permanecer alerta porque pudiera tratarse de la foto de un pergamino espurio. (Desde que me enteré por testimonio de su bisnieto, que un tarraconense del siglo XIX metió en el mar, a cinco metros de profundidad, varias ánforas iguales a las romanas pero fabricadas con sus manos en el torno de alfarero y allí las tuvo casi 60 años hasta que  su padre las vendió a un anticuario italiano y  desde entonces están pasando como auténticas y colgadas en varios museos, la cautela me invade cuando se trata de algún documento antiguo).

De momento sólo contaba con un documento que, a pesar del aspecto primoroso en sus tintas rojas y azules, presentaba dudas de autenticidad. Así que, las falsas ostrakas de Iruña Veleia, y el pergamino del presbítero Benigno del siglo XIII en entredicho han resultado ser el punto de partida que apliqué a mi análisis intuitivo, pues sin ellos no se me hubiera ocurrido retomar los consejos que en su día me diera mi maestro Dr. Pensado Tomé y pensar sobre el origen del idioma euskara. Valoré el método intuitivo para plantear cualquier hipótesis y concluí que, como todo método, no es ni bueno ni malo en sí mismo sino en cuanto son buenos o malos los resultados.

Recordemos que el mismo Dante, en su obra “De vulgari eloquentia” reconoce, por pura intuición, el parentesco de las lenguas vulgares, francés, español, italiano, y provenzal, pero a la vez intuía que no podían proceder del latín —decía— porque el latín era una lengua creada artificialmente (a la manera como Koldo Michelena inventó el oficial idioma Vasco Batúa para las ikastolas), por los doctos oradores romanos; y por lo tanto no estaba sujeta a cambios —¡menuda intuición!—, intuición que cinco siglos más tarde, en el siglo XIX, los lingüistas comparatistas dedujeron con estricta metodología científica que procedían del habla burda de los soldados romanos, que mataban indígenas sin piedad allende montañas y mares, y secuestraban a las doncellas más hermosas.


A la primera intuición seguí añadiendo datos sacados de las distintas ciencias auxiliares, como la historia, la etología, la náutica, la navegación, la arquitectura, y la “gliptografía”, sobre todo la referida a las marcas de los canteros.

Por más que los vascólogos de las ostrakas intenten falsificar, nadie ha encontrado, y por intuición sospecho que nunca encontrará ni una palabra vasca en España, más antigua que la famosa glosa emilianense número sesenta, con la que se devanó los sesos Michelena y otros eruditos sin sacar conclusiones certeras, aunque, eso sí, llenas de fe y de creencia.

Puede ser que esa glosa emilianense[3] esté escrita en turco antiguo, o en cualquier otro idioma, y se trate de otra “ostraka”. Después de lo visto, ¿quién sabe…? Hay derecho a dudar de que sea euskera de la Edad Media. En todo caso, la antigüedad contrastada del códice donde se encuentra no va más atrás del siglo XI de nuestra era, o sea, que la glosa escrita en ese supuesto euskara, puede ser del XII o del XIII o, incluso, más tardío. Para concluir esto, no hace falta metodología matemático-científica: “glotocronológica” con ecuaciones diferenciales de Morris Swadesh, al que el maestro Eugenio Coseriu ya ha criticado con fundamento.
No obstante, y dicho entre paréntesis, a pesar de los pasos fallidos de algunos de los planteamientos del método Swadesh no es mi intención descalificarlo y prescindir de su aportación a la ciencia lingüística, porque sigue siendo útil para comparar las lenguas y abrir caminos que conduzcan a hipótesis válidas e, incluso, a concluir algunas teorías lingüísticas.

Durante mi último viaje por países asiáticos, cuando llegué a Armenia, me interesé por el idioma y probé si las cuatro palabras que conozco del idioma vasco, coincidían en la fonética y el significado con las correspondientes en idioma armenio. Deseaba comprobar por mí mismo, in situ, lo que me había enseñado hace casi cuarenta años el Dr. Pensado Tomé en las clases de la Universidad de Salamanca: la similitud del Vasco con los idiomas del Cáucaso. No era similitud lo que había, sino que eran iguales o con una diferencia mínima en la calidad vocálica de algunas palabras.

Al regresar a mi casa, repasé los libros y apuntes de la carrera y añadí otras lecturas de artículos que no conocía, sobre glotocronología y demás ciencias auxiliares de la lingüística actual. Repasé el “Vidos”, el “Coseriu”, y hasta el “Lausberg”, mis libros de texto; volví a reaprendérmelos de memoria como en nuestros viejos tiempos universitarios. Y leí todo lo que pude sobre el vasco y el armenio.

Y volví sobre el pergamino de marras, al que, cuanto más acercaba la lupa más se me desvanecía.

Seguí investigando y llegué a conclusiones sorprendentes, hasta que ya no me hacía falta mi pergamino, ya fuera verdadero, ya fuera falso. Sólo me había servido de él como punto de partida para despertar la chispa en cuanto al viraje que ha de tomar la senda de las investigaciones lingüísticas con respecto a la antigüedad de la lengua de Sabino Arana.

Como la posibilidad de que alguien, bromista o falsificador intencionado, haya introducido pergaminos falsos entre los archivos de las catedrales es altísima, habría que sentar  la hipótesis de que es falsa su antigüedad, por si acaso… lo que tenía que haber hecho mi profesor Koldo Mitxelena cuando le asaltaban dudas acerca de la antigüedad del idioma vasco. No obstante, siempre consideré que era un lingüista riguroso y honesto.

Entonces no se podía entrar a investigar en archivos y bibliotecas de la Unión Soviética, y mucho menos, habiendo sido cruelmente perseguido por el régimen de Franco, por lo que Mixtelena se urgía, a sí mismo, en confeccionar ese esperanto artificial del “Euskera Batúa”, aglutinando los rasgos, según se entresaca de mi escrito, del armenio, del georgiano y de otras lenguas kartvelianas, que trajeron los canteros medievales huyendo de los que, en el Cáucaso, los perseguían a muerte; y, sin embargo, en la actual Francia y norte de la actual España —no hace falta denominar con las subdivisiones medievales— eran considerados como dignísimos artesanos encumbrados socialmente, aunque a duras penas pudieran hablar unas palabras de latín, idioma que en esos siglos estaba derritiéndose en desgajamientos provenzales, aragoneses (entiéndase también catalán), leonés, gallego y castellano.
Yo me pregunté: ¿habrán perdurado en mayor cantidad en el armenio y georgiano de los cultos y organizados canteros medievales de los siglo X y XI?

Recordemos que únicamente las riberas de los ríos de toda la Península, con escasos vanos transitables entre las tupidas selvas, estaban pobladas por indígenas que, si bien solamente el reyezuelo vestía con pieles toscas y los súbditos desnudos, ya articulaban palabras tales como “rrasko”, “rruguiu”, “vaika”, “barro”—evito las transcripciones fonéticas— y tantas otras palabras primitivas, pertenecientes a guturalizaciones o a articulaciones laringales comunes a todos los hombres primitivos, y otros modos expresivos cuasi-articulados, con las que nuestros ancestros hispanos llamaban a la pareja cuando deseaban amarse o se invitaban a dar un paseo por la playa observando el sol y la luna imaginando solamente que aquellos luceros, como seres superiores, los observaban y les proporcionaban luz calor y vida. Hasta bien entrada la Edad Media, otros reyes rubios y conquistadores no empezaron a usar pieles de armiño en sus capas blancas con pintas negras en las puntas de los rabos.

En tiempos de Michelena, también en Salamanca, escuché una conferencia sobre la belleza literaria en la Biblia, allá por el año sesenta y tantos, a un fraile dominico de San Esteban. Éste no sólo recitaba de memoria a Tito Livio, a Jenofonte, el Gilgamesh o el libro del Génesis en hebreo. ¡Qué bárbaro! ¡Era un lingüista de los de antes! Descifraba jeroglíficos egipcios y todo el cuneiforme que se le presentara. Al terminar de recitar los capítulos del arca de Noé, comunicó tal emoción que levantó al auditorio como el mayor divo de la ópera de Bayreuth y arrancó en el público el más caluroso aplauso. ¡Menuda retórica!

Independientemente de las discusiones entre paleontólogos y exegetas, la belleza literaria de los capítulos ocho, nueve y once del Génesis, que comentaba, es inigualable entre los textos antiguos de la Humanidad. Después del diluvio universal: “se cerraron los manantiales del abismo del mar y las cataratas del cielo…” “… Y el arca, el día 27 del mes séptimo reposó sobre los montes de Armenia …”[4] ¡Ojo, que dice: los montes de Armenia!

En el cap. 10 se narra la descendencia de Noé y termina diciendo: “Estas son las familias de Noé, repartidas en sus pueblos y naciones. De estas (familias) se propagaron las diversas gentes en la tierra después del diluvio.

 Y empieza el capítulo 11 diciendo: “- Todo el mundo hablaba una misma lengua y empleaba las mismas palabras”.  “…se llamó Babel (que quiere decir confusión): allí, en efecto, el Señor confundió la lengua de los hombres y los dispersó por toda la tierra”.


Después de leer el ingente trabajo de Alfredo Trombetti,[5] sólo puedo sorprenderme ante las conclusiones lingüísticas que llevan a asombrarse doblemente al cotejarlas con la excelsa literatura del libro del Génesis arriba citado, lo que, a su vez, apunta a sostener la teoría de la monogénesis de todas las lenguas del mundo, entroncando así con la teoría sostenida por Michelena y sus discípulos, profesores de las “ikastolas”, que de sus enseñanzas han bebido.


Da la impresión, dados los resultados monogenistas a los que han llegado Michelena en su día, y hoy Lakarra, Gorrochategui y otros entusiastas vascólogos, de que pretenden considerar el euskera como la protolengua de la humanidad, de que parten del mismo axioma que la Biblia, como si se tomaran al pie de la letra la Sagrada Escritura del Génesis, y de que no dudaran en establecer que el euskera, el armenio y otras lenguas del oeste del mar Caspio fueron la misma lengua desde Adán y Eva hasta la Torre de Babel, y desde la Torre de Babel empezó a fragmentarse.

Con una coctelera así, en la que agitan la teoría de la monogénesis mezclada con un poco de fundamentalismo religioso y algo de exclusivismo protagonista, el cóctel está servido: la lengua primigenia del ser humano en su sentido más literal y exento de toda exégesis es el pre-protovasco o el pre-protoeuskara, como se gusta en llamar modernamente.

Pero con los nuevos estudios e investigaciones tanto de lingüistas como historiadores, etólogos, sociólogos, biólogos e, incluso, matemáticos como el mencionado Morris Swadesh, se ha dado un viraje de ciento ochenta grados al punto de mira, hacia una poligénesis de las lenguas.

Es curioso que el armenio y el georgiano tengan, aparentemente, más parecido con el euskera que entre sí, cuando, en realidad, los hablantes de ambos idiomas en Armenia y Georgia son pueblos fronterizos. Y sin embargo, por el método Swadesh, el armenio no da parentesco con el euskera. Por la fe ciega en este método “científico-matemático” es por lo que han apuntalado su inmovilidad los defensores de que el idioma vasco y el armenio hablado en el Cáucaso no mantienen relación; y que si en algo se parecen algunas palabras, habrá sido por contagios y préstamos lingüísticos de unas lenguas a otras en el discurrir de las lenguas creadas por poligénesis.

Sin embargo, hablando de los idiomas del Cáucaso, veamos una curiosidad toponímica: en Georgia existe un monte Gorbeya como el monte más alto de Bizkaia y Alaba. El macizo de Gorbea —obsérvese la proximidad fonética Gorbeya-Gorbea— es uno de los enclaves con gran significado para los vascos, que además de reunir el incentivo de la verde naturaleza, está estrechamente ligado a la historia de Vizcaya. Su altura y localización le otorgaron el privilegio de ser uno de los cinco montes bocineros, desde donde mediante cornetas y hogueras se enviaban mensajes al pueblo.

También en Armenia existe el monte sagrado Ararat (como la sierra Aralar entre Alaba, Gipuzkoa y Alta Navarra) y también un monte de nombre Gora (que significa “montaña, altura” en el idioma de la zona armenia y “gora” significa "arriba" en euskera).

Cuando me enteré de que por Armenia discurre el río “Araxes” y que el mismo nombre de río Araxes discurre por Euskadi,  y de que en antiguo armenio, para decir “valle” decían “arn”, igual que en actual euskera, “aran”, y que ha evolucionado a actual armenio “ard”,[6] había que seguir con las intuiciones a la manera de Dante. No me quedaba otro camino que prescindir, de momento, del método deductivo-matemático de ecuaciones diferenciales para seguir sacando conclusiones.

Acumulé información y encontré una mina, por lo que ya no me importó que el susodicho pergamino escrito en español del siglo XIII fuera falso y proscrito, como falsas son las ostrakas de Iruña Veleia; y abandoné el carácter auxiliar de mi pergamino para seguir intuyendo que el vasco es el mismísimo idioma armenio, sobre todo cuando descubrí parte de los trabajos del Profesor Vahan Sarkisian, catedrático de Lingüística Románica de la Universidad de la capital de Armenia; pero con las debidas reservas todavía, por si acaso era falso también lo que decía en sus ensayos, desconfiando, después de la patraña de los letreros de las inscripciones de Iruña Veleia.

Me puse en contacto con Cristian Sirouyan, periodista armenio residente en Argentina, nieto del autor de “Historia del pueblo Armenio” y le pregunté  si las cien palabras –vascas- que le enviaba , significaban algo en armenio; y me contestó señalando que significaban lo mismo que el Profesor Sarkisian decía. Este es el e-mail:

“Hola Jesús,
Le envío la lista de las palabras en armenio que pude chequear. Todas las que no tienen ninguna aclaración son correctas en cuanto a su significado y la escritura en fonética. Otras van acompañadas de aclaraciones. Pude revisar la mayor parte. Le debo algunas.

- ain
- ainpes
- ainkhan: se escribe y pronuncia "ainkán", sin la h
- ais: no significa "viento" sino que es el pronombre demostrativo "este". "Viento" es "hov" o "kamí"
- hon
- andi: debe ser "andín" o "antín", que no significa "de allí" sino "más allá"
- andranik
- ara
- arat
- arrats
- arti: debe ser "artík", que significa "oveja salvaje". Oveja es vochkhar
- areg
- arrand: debe ser "ierrand"
- arrú
- arruoit
- arthun: debe ser "artún"
- arch
- hast
- pahel
- baimán
- baitz
- batzarrík
- valutz: debe ser "vaghutz"
- merdz
- djardel
- denel: debe ser "dnel"
- elkh: debe ser "ielk"
- kaitarr
- gari
- khachal: debe ser "kachal"
- geragoin
- khandel: debe ser kandel
- khich: debe ser "kich"
- gohanal
- koit: debe ser "kuit"
- handés
- hastatel
- vrrentel
- hurti
- jarangel
- khan: debe ser "kan"
- xarxul: debe ser "kharkhul"
- xartel: debe ser "djartel"
- kotratel: debe ser "kotrel"
- mah
- merrunch
- murtz: "puño" es "prruntsk" / "murdj" (no "murtz") significa "martillo"
- orrnotz: debe ser "vorrnotz"
- bezketel: debe ser "bzktel"
- phor: debe ser "por"
- phuch: debe ser "pchotz"
- tsak: debe ser "dzak", que significa "hueco" o "agujero" (no "herida"); "herida" es "verk"
- san
- tzetz
- darel: debe ser "dadrel"
- dadar
- teghi: debe ser "tegh"
- thoil: debe ser "tuil"
- thukh: debe ser "thuk"
- char
- charagoin
- chemerthgel
- zat: significa "separado" / "porción" o "pedazo" es "mas" o "gdor"
- teghi: debe ser "tegh"
- archateghi: debe ser "archategh"
- handisateghi: debe ser "handisategh"
- tsaval / tsavalateghi / tsavalkoiti / ormatsaval: "tsavalí" significa "doloroso"; "tsav" es "dolor"; "ancho" es "entartsak" o "lain"
- areg: significa "sol", como correctamente indica el listado; de todas maneras, el término más utilizado en armenio para "sol" es "arev"
- aregi-kichi: debe ser "kich areg"
- aregiteghi: debe ser "aregitegh"

Espero que le sea útil, un abrazo,
Cristian Sirouyan”


No podía creer lo que estaba comprobando con mis propios ojos.
Ya no hace falta más que preguntar a un vascólogo las mismas palabras  para que identifique las que aprecie como palabras del vasco. Cualquier vascoparlante puede comprobarlo. Tampoco es necesario comprobar “cognados” ni “falsos amigos” lingüísticos, ni otras apreciaciones como estas, de experto lingüista.

Ni siquiera hace falta la inducción, para concluir nada. No hace falta ser lingüista especialista ni en ostrakas ni en glotocronología, ni en método Swadesh. Sólo hace falta sentido común para deducir que el idioma vasco actual unificado no ha existido más que en la imaginación de Michelena que lo fabricó artificialmente para consumo de políticos y para un no sé qué de sentirse distintos y aglutinados. No existe la lengua vasca unificada sino un conglomerado lingüístico de más de veinticinco hablas vascas, tanto en las tierras vascongadas francesas como españolas.

Claro que hubo pueblos primitivos en Euskadi, que farfullaban lenguas primitivas, igual que los hubo en toda la Península Ibérica, como los ligures o los tartesios, o los celtas, o los “malagueños” de las cuevas de Nerja;
Pero el “grueso, grueso”, del corpus lingüístico del norte de España y suroeste de Francia es idioma armenio, que es a lo que actualmente se le llama “vasco, vasco”, el euskera, amén de influencias de las ya rodantes lenguas romances aledañas, lo que los lingüistas profesionales llaman adstrato lingüístico, que tantas huellas han marcado a las múltiples hablas de los valles vascongados. Igualmente que en castellano han perdurado palabras de aquellos primitivos como “perro” o “arroyo”, en euskera han perdurado otras palabras de los antiguos bárdulos, autrigones y otras tribus, en cantidad muy superior, porque las condiciones geográficas favorecieron mayor aislamiento.

Koldo Michelena, mi profesor en los cursos de doctorado en la Universidad de Salamanca —1974-75— nos hablaba en sus lecciones magistrales sobre el dominio lingüístico ibérico, de una antigüedad de cinco o seis mil años antes de Jesucristo y detectaba en el euskera muchas palabras primitivas del substrato lingüístico prerromano mucho más numerosas que en castellano o en catalán o en gallego. Esos substratos lingüísticos sí que pueden datar de la era Magdaleniense o de antes.  El profesor Michelena dudaba de que los prerromanos hablaran el actual euskera, porque cuanto más lo sostenía, más se acercaba tomar el pasaje bíblico al pie de la letra.

No es posible que, si el vasco y el armenio hubieran sido parte del pan-vasquismo extendido por todo el orbe, y separado no sólo por más de cuatro mil kilómetros sino, sobre todo, por unos cuantos milenios, conservaran, al menos —y todavía hay que seguir estudiando—, seiscientos vocablos detectados exactamente iguales.

No vamos a aburrir a nuestros lectores con la teoría de la ergatividad o los cognados o las palabras “falsos amigos”, con lo que ya se entretienen en sus tesis los nuevos doctorandos. Es suficiente exponer algunos ejemplos de la susodicha lista de palabras en vasco y en armenio que ya expuso el profesor de Yerevan:

“1. vasco. aina “aquel, aquello, aquella” - armenio.  ain(gen. ainu) “id”
2. vasco. ainbeste “tan, tanto (como aquel)” -armenio.  ainpes (dial. ainpest) “como aquel, de aquel modo”
3. vasco. aingana “tanto como aquel” - armenio.  Ainkhan (dial. aingan) “ tanto como aquel” (cf. haingoin “como aquel”)
4. vasco. (h)aize “viento” - armenio.  ais “viento”
5. vasco. (h)an “allí” - armenio.  hon “allí”
6. vasco. (h)andi (var. anti) “de allí” - armenio.  Andi (var. anti) “de allí”
7. vasco. (h)andiari “grandeza” - armenio.  Andranik “mayor, superior”
8. vasco. andena “grupo, tropa” - armenio.  Andeai “grupo, tropa de animales”
9. vasco. (h)antz “parecido, semejante” - armenio.  hantz “parecido”
10. vasco. hara “he allí” - armenio.  ara “he allí, mira”
11. vasco. (h)aran “valle” - armenio.  aran “valle”
12. vasco. aradiza “imperefección dejada por una enfermedad” - armenio.  arat “ imperfección, defecto”
13. vasco. arasta “sentencia” - armenio.  arrats “sentencia, proverbio”
14. vasco. ardi “oveja” - armenio.  arti “oveja”
15. vasco. argi “luz” - armenio.  areg (gen. aregi) “sol”
16. vasco. arrandia “afán, anhelo” - armenio.  Errand (gen. errandi) “energía”
17. vasco. arru “barranco” - armenio.  arru “riachuelo”
18. vasco. arrueit “esforrocino, sarmiento bastardo” - armenio.  arruoit “trebol, alfalfa”
19. vasco. artha “cuidado, solicitud, diligencia” - armenio.  arthun “diligente, despierto”
20. vasco. artza “oso” - armenio.  arch (dial. horch) “oso”
21. vasco. astun “pesado” - armenio.  hast “grueso, pesado”
22. vasco. bahi-tu “apresar, detener” - armenio.  pah-el (dial. bah-el) “guardar”
23. vasco. baimen “permiso, consentimiento” - armenio.  paiman (dial. baiman) “condición, acuerdo, consentimiento”
24. vasco. baizik “sino, más que” 2.”sino que” - armenio.  baitz “pero, pues” 2.”sino que”
25. vasco. bakarrik “solamente” - armenio.  Batzarrik “excepcional, único”
26. vasco. barzia-tu “punzar” - armenio.  vars-el “punsar, clavar”
27. vasco. belu “tarde” - armenio.  val (gen. valu) “antiguamente, tardío”
28. vasco. beluz-ko “tardecito” - armenio.  valutz “hace rato, hace mucho”
29. vasco. berta “cerca” - armenio.  merdz “cerca” (cf. merdzavor “próximo”)
30. vasco. bits “espuma” - armenio.  bits “huella sucia, mancha”
31. vasco. buru “cabeza” - armenio.  poir (var. pur) “cabeza”
32. vasco. dzart egin “romperse una cosa” - armenio.  djard-el “romper”
33. vasco. eden “caber” - armenio.  den-el “poner, colocar”
34. vasco. elge “llano” - armenio.  yilk “llano”
35. vasco. elki “salida” - armenio.  elkh (gen. elkhi) “salida”
36. vasco. erkin “la que está con dolores de parto” - armenio.  erken “dolores de parto”
37. vasco. gaita “buen humor” - armenio.  kaitarr “vivaracho, gallardo”
38. vasco. gari “trigo” - armenio.  gari “cebada”
39. vasco. gasoil (garsoil) “calvo” - armenio.  Khachal “calvo”
40. vasco. geiago “más” - armenio.  geragoin “más alto”
41. vasco. gendu “quitar” - armenio.  khand-el “destruir”
42. vasco. gitxi “poco” - armenio.  khich (gen. khichi) “poco”
43. vasco. gitxiago “ménos” - armenio.  Khechagoin “ménos”
44. vasco. gohain-du “hastiarse” - armenio.  gohan-al “contentarse”
45. vasco. goiti “residuo, sobra” - armenio.  koit (gen. koiti) “montón, cúmulo”
46. vasco. handies-te “exaltación, glorificación” - armenio.  handes “rito solemne, fiesta, exposición”
47. vasco. haritx “roble” - armenio.  harrich “roble”
48. vasco. haztatu “probar, confirmar” - armenio.  hastat- el “probar, confirmar”
49. vasco. horma “pared” - armenio.  orm (gen. ormo) “pared”
50. vasco. hurrundu (hurruntu) “alejar” - armenio.  vrrend-el (vrrent-el) “expulsar, alejar”
51. vasco. hurti “abundante en agua” - armenio.  Hurthi “abundante en agua”
52. vasco. irur “tres” - armenio.  erir “tres veces”
53. vasco. jarauntsi “heredar” - armenio.  jarang-el “heredar”
54. vasco. jori “abundante, rico” - armenio.  yoyr (gen. yoyri) “gordo, espeso, hinchado”
55. vasco. kain (gain) “tan, tanto” - armenio.  khan “tan, tanto”
56. vasco. karkoil “brusco, tosco, deforme, feo” 2.”decadente” - armenio.  xarxul “decadente, movedizo”
57. vasco. kartha-tu “romper, quebrar” - armenio.  Xartel “limar”
58. vasco. katra-tu “rompor, quebrantar” - armenio.  kotrat-el “desmenuzar, hacer pedazos”
59. vasco. keina “amenaza” - armenio.  khen “amenaza”
60. vasco. korta “sel, prado” - armenio.  kord (gen. kordo) “tierra no labrada”
61. vasco. matsarno “vino” - armenio.  machar “vino nuevo”
62. vasco. mahu-tu “morir, matar” - armenio.  mah (gen. mahu) “muerte”
63. vasco. matuts “denso, espeso” - armenio.  Matsutzik “denso, espeso”
64. vasco. murruntza “mugido” - armenio.  Merrunch “mugido”
65. vasco. murtzi “puño” - armenio.  murtz “puño”
66. vasco. nagatu “asquearse, detestar” - armenio.  naxat-el “insultar, injuriar, ultrajar”
67. vasco. oin “pie” - armenio.  (dial.) oin “pie”
68. vasco. oker “torcido” - armenio.  kerr “torcido”
69. vasco. ordo “llano, llanura” - armenio.  hord “llano”
70. vasco. orroe “bramido, rugido” - armenio.  Orrnotz “bramido, rugido”
71. vasco. otz “frio” - armenio.  oits “frio”
72. vasco. otzago “más frio” - armenio.  oitsagoin “más frio”
73. vasco. patari “alimaña, animal danino” - armenio.  patchar (gen. patchari) “animal”
74. vasco. pitxi “adorno” - armenio.  pechin “adorno”
75. vasco. pixar “poco” - armenio.  pitsarr “un poco, pequeña cantidad”
76. vasco. pizki-tu “hacer hilachas” - armenio.  bezket-el “destrozar, hacer pedazos”
77. vasco. porro “panza” - armenio.  phor (gen. phoro) “vientre”
78. vasco. putz “soplo” - armenio.  phuch “soplo”
79. vasco. putzuka “abotagado, inflado” - armenio.  (dial.) phechuk “hinchado”
80. vasco. sakhi “herida de instrumento cortante” - armenio.  tsak (gen. tsaki) “hueco, herida”
81. vasco. sein “nino” - armenio.  san “alumno”
82. vasco. sasta-tu “pinchar, punzar” - armenio.  sast-el “increpar”
83. vasco. sits “polilla” - armenio.  tzetz “polilla”
84. vasco. takara “golpe” - armenio.  thak-el }golpear”
85. vasco. tari “interrupción, cesar” - armenio.  dar-el “cesar”, dadar (dar-dar) “interrupción”
86. vasco. tegi “lugar” - armenio.  teghi “lugar”
87. vasco. toil “ torpe, tardo, lento” - armenio.  Thoil “débil, flojo”
88. vasco. thu “saliva” - armenio.  thu “saliva”, thukh “salivas”
89. vasco. txabal (dimin. de zabal) “ancho” - armenio.  chapal (cf. tsaval “ancho”) “extendido, prolongado”
90. vasco. txar “mal, malo” - armenio.  char “mal, malo”
91. vasco. txarrago “peor” - armenio.  charagoin “peor”
92. vasco. tximikatu “pellizcar” - armenio.  chemketh-el “oellizcar”
93. vasco. tximur “frunce, arruga” - armenio.  Chemurr “frunce, arruga”
94. vasco. tximurtu “arrugar, doblar” - armenio.  chemerth- el “arrugar”
95. vasco. txibita “mayal, vara” - armenio.  chipot “vara, mayal”
96. vasco. urduri “inquietar” - yordor-el “irritar, incitar”
97. vasco. urru “espeso, abundante” - armenio.  Urr “hinchado, colmado”
98. vasco. usin “avalancha de nieve” - armenio.  Usin “avalancha de nieve”
99. vasco. zabal (xabal, xapal) “ancho” - armenio.  Tsaval (chapal) “ancho, extendido”
100. vasco. zati “porción, pedazo” - armenio.  Zat “parte”.”


“Como se ha dicho, con esto no se acaba la larguísima relación de las coincidencias lexicales vasco-armenias, pero nosotros nos limitamos con los 100 paralelísmos expuestos. La primera impresión que se puede sacar de esta lista, es la comprensibilidad mutua: las palabras expuestas no piden traducción ni para los vascos ni para los armenios. Otro rasgo importante es la actualidad de las coincidencias vasco-armenias: casi todas las voces expuestas se usan hoy día tanto en el euskera como el armenio. Y, por fin, las coincidencias presentadas ofrecen gran productividad en ambas lenguas. Las coincidencias vasco-armenias llegan hasta tal punto que permiten formar muchas composiciones mutuamente comprensibles. Si dos palabras aisladas son comprensibles a los vascos y armenios, la aglutinación de ellas no provocaría grandes dificultades para comprender la forma compuesta.”

Y esta es la mayor prueba inductiva de que la antigüedad del desgajamiento y comienzo de la actual lengua euskara no tiene más de 800  ó 900 años.

“Presentamos algunos ejemplos de este tipo:

1. Vasco. tegi - armenio.  teghi “lugar”.vasco. artzategi “lugar de osos” - armenio.  Archateghi “lugar de osos”
vasco. handiestegi “lugar de glorificación” - armenio.  handisateghi “id” vasco. hariztegi “lugar de robles” - armenio.  harichateghi“id”, etc.
2. Vasco. zabal “ancho” - armenio.  tsaval “ancho” vasco. zabaldegi “lugar ancho” - armenio.  tsavalateghi
“id”
vasco. zabalgoiti “cumulo ancho” - armenio.  Tsavalkoiti “id” vasco. ormazabal “muro ancho” - armenio.  Ormatsaval “id”, etc.
3. Vasco. argi “luz” - armenio.  areg (gen. aregi) “sol” vasco. argizabal “aurora ya clara” - armenio.  Regitsaval “sol ancho” vasco. argi-gutxi “vislumbre” - armenio.  aregi-khichi “poco sol” vasco. argitegi “lugar iluminado” - armenio.  Aregiteghi “lugar soleado”. ”

Los esfuerzos tan ímprobos de Owstrowski haciendo ciencia lingüística, analizando comparativamente, el vasco, el sánscrito, el griego clásico, y el latín, no nos han servido de nada a pesar de la metodología científico-lingüística aplicada. Mostremos solamente un ejemplo:

Manfred Owstrowski

Vasco
Sanskrito
Griego Clásico
Latín
"(Yo) soy"
naiz
asmi
eimi
sum
"(tú) eres"
haiz, zara
asi
ei
es
"(el,ella) es"
da
asti
esti
est
"(nosotros) somos"
gara
smaH
esmen
sumus
"(ustedes) son"
zarete
stha
este
estis
"(ellos) son"
dira
santi
eisi(n)
sunt

Después de los hallazgos del profesor Sarkisian, sólo me ha quedado cotejar fechas y algunos hechos culturales e históricos más sobresalientes, para que me queden pocas dudas en atreverme, por lo menos, a proponer un giro de ciento ochenta grados en las investigaciones sobre la lengua vasca.

Tengo que considerar el hecho de la extensión de la devoción a San Jorge, sobre todo en las tierras más orientales de España y Francia, y al trasiego de barcos por todas las costas del Mediterráneo y mar Negro, las rutas desde nuestras costas más orientales desde Provenza y Cataluña hasta Sicilia, Chipre, Constantinopla, costas de Trapisonda y  Batumi. (Batumi, en la costa de la actual Georgia, tierra natal de Stalin).

En el hecho histórico de la existencia de San Jorge tal y como relatan las tradiciones, no voy a emplear esfuerzos, porque lo que interesa a nuestra contemplación es el mensaje que encierra y, sobre todo, la difusión de su vida y obra en Europa; más concretamente en la actual Cataluña. Este soldado armenio de la antigua Capadocia, un día provincia de Roma —del mismo lugar que, en la actualidad, una empresa catalana de turismo turco, gestiona el negocio de viajes en globo por entre los “bosques fálicos” sobrevolando las ciudades subterráneas, y otras maravillas históricas—, era en el siglo XI tan popular y venerado en el reino de Aragón —actual Aragón y Cataluña—, y en Francia, que se le atribuían gestas y milagros por todos los rincones de Europa y en las campañas de la Reconquista. Sin duda, el trasiego de personas entre Europa y Armenia y Georgia fue profuso, intensísimo, con viajes de ida y vuelta, sobre todo por mar, que era más corto, porque los ejércitos tardaban en el trayecto por los caminos al menos cuatro meses. Naturalmente, esa devoción al soldado del dragón, no ha podido borrarla ni Lenin ni Estalin ni el Soviet Supremo, y no por falta de ganas de borrar su memoria histórica. En la plaza de Tibilisi se erige San Jorge o San  Jordi en monumental columna después de haberse mantenido expuesta la estatua de Lenin durante cincuenta años.
No en vano ha dado desde entonces, no sólo nombres entre nosotros a todos los “[Yordis]” y Jorges sino a los Georges franceses e ingleses, como al estado de la misma Georgia. Se hace evidente la gran influencia de las leyendas Georgianas en Europa, y esto sólo puede deberse al asentamiento medieval de georgianos y armenios en España y en Francia.

 Como nota importante, he de recordar que algún vascólogo de los que investigan el actual vasco, sí que ha encontrado en el euskera muchas palabras del actual idioma georgiano y no precisamente incrustado en una ostraka sino en el habla cotidiana de algunos caseríos vascos.

¡Hay que seguir profundizando en la desconocida Edad Media! ¡No nos queda más remedio! ¡La realidad es tozuda! Tenemos miles y miles de documentos todavía bajo el polvo, elementos artísticos y arquitectónicos y otras fuentes diversas como para conocerla.

Lo que es más difícil de conocer, a pesar del empeño de los historiadores profesionales de la lengua, es cómo se hablaba en la era magdaleniense, hace miles de años y los grupos sanguíneos de la especie humana en aquella época lejana entre los valles de Vizcaya y Donosita, sin ningún dato más que troncos de árboles y alguna piedra de sílex. ¡Ah! Y de la Iglesia y del Papa no hagamos caso, que siempre le han hecho ascos a estas tradiciones georgianas porque los jerarcas, comparados con el pueblo llano, son unos incrédulos de los milagros… Para comprobarlo no hay más que mirar los documentos del Vaticano al respecto.

Con todo esto ¿para qué me sirve mi documento del siglo XIII? Para nada; para tirarlo a la basura, porque sin duda es una ostraka falsificada. Lo que no son ostrakas son estas reflexiones que voy desgranando. Pongamos un poco de rigor, porque si no, puede parecer que me estoy burlando con el vapuleo a la palabra “óstraka”. La palabra óstraka, en realidad, está mal empleada. Confieso que he utilizado la ironía para algo muy serio. Pido disculpas por la pereza que me da volver a redactar desde el principio; no es cuestión de andar corrigiendo, porque “óstraka” es una palabra griega que significa “cascotes” en plural, cascotes de cacharros rotos de barro —los cascos viejos, que llaman nuestros alfareros al montón de desechos de sus trabajos—, donde los atenienses escribían en asamblea el nombre de los que querían echar al destierro por “chorizos” o malos ciudadanos. En un “óstrakon”, palabra en singular, con un punzón escribían el nombre del expulsado de la ciudad por este procedimiento del “ostracismo”. Cuidado con las ostrakas porque más de la mitad que se exponen en los museos, son falsas: es muy fácil coger cualquier cascote de unas ruinas, y grabar un nombre. Cualquier día aparece el nombre del presidente de Euskadi en una “ostraka” de Iruña Veleia. Total: que mi pergamino, concluyo, no me sirve más que para haber comenzado estas páginas.

El abuelo de Cristian Sirouyan, escribió una historia del pueblo armenio de la que extraigo esta cita: “Los armenios recibieron con entusiasmo a los cruzados y colaboraron con todos los medios a su alcance”.[7]

¿Alguien puede pensar que, habiendo participado en el mismo bando de las guerras bajo la misma cruz y con las mismas creencias: armenios, españoles y franceses de los siglos X y XI, jugándose la vida estrechamente juntos, no se iban a hacer amigos para siempre ofreciéndose cobijo mientras estuvieran perseguidos a muerte, y que juntos hollaran las rutas de las cruzadas, por tierra a través de Grecia, Italia y Francia; y por mar costeando Grecia, Italia y Francia? Es verdad que un amigo es un tesoro… que se puede perder; pero un amigo forjado en la guerra es un tesoro imperdible y eterno.

No podemos olvidar que los pueblos armenios y georgianos, fueron desde el siglo VI antes de Jesucristo, los grandes artesanos de la piedra. Hasta las bóvedas y cúpulas de las construcciones centro-asiáticas son de piedra. Y artesanos también de la madera, de grandes bosques, que durante siglos fueron talados y tallados con hachas en los periodos de entreguerras y persecuciones de los islámicos contra los armenios, el primer pueblo cristianizado por los apóstoles de Jesucristo y el más convencido y defensor del Evangelio.



¿Qué iban a hacer los armenios masacrados y espantados sino buscar la vida por tierras lejanas donde no fueran perseguidos y matados por los islámicos turcos selyúcidas que devastaron cruel y truculentamente toda Armenia? Algunos armenios tuvieron que refugiarse en los montes Tauros, otros en Cilicia, la tierra de San Pablo, y otros, los más cultos y decididos, se lanzaron al mar al lado de sus correligionarios  cristianos europeos que los protegían, sobre todo a los que dominaban el arte de las construcciones con piedras de todas las formas y tamaños.

¿Dónde iban a refugiarse que mejor vida les esperara, que en las logias de las catedrales que se estaban construyendo? No olvidemos que los constructores eran los más cultos en esos tiempos. Es fundamental este aspecto, ya que mantenemos como indiscutible constante histórica que el grupo de hablantes más culto es el que siempre ha impuesto su lengua cuando ha entrado en contacto con otro grupo humano de inferior cultura.

“El ser humano más cultivado era el “faber”, el “constructor” por contraposición al guerrero —más intrépido pero siempre más inculto—, y al siervo de la gleba. El gran oficio del hombre siempre ha sido construir sus mejores edificios con piedra y madera compartiendo el ambiente creador y artístico de los más instruidos y egregios de aquella sociedad. De la Edad Media se conservan, por todas partes, grabados, frescos románicos, capiteles, canecillos que representan al “homo constructor” como exponente de una clase altamente cualificada, como grupo culto y selecto.
¡Madera y piedra siempre han sido los materiales más nobles!
Abundan las pinturas y esculturas que representan el eterno oficio de manipular las piedras, darles formas y colocarlas en sus lugares con intención de eternidad.
Se mantuvieron fuertes estos mozos hercúleos en sus logias, al lado de las catedrales y los monasterios, compitiendo en saber con los frailes en cuyas bibliotecas se encerraba todo el saber de su tiempo, con los artistas y artesanos más encumbrados en aquella sociedad y, a la vez, eran expertos en el manejo del hacha para cortar troncos tallando vigas paralelepipédicas y cortando árboles gigantescos, ya que en Europa se les requería pagándoles con la máxima consideración y los sueldos más elevados de hombres libres e independientes, asociados en las logias que cada construcción tenía.

Me permito sólo un par de citas más. No quiero cansar con documentación bibliográfica, a la vez que propongo, a los que redactan tesis doctorales, que estudien los miles de pergaminos que están esperando a jóvenes vascos doctorandos en el museo de los escritos de Yerevan —menuda mina para entretenerse— el Matenadarán, que es el instituto más importante del mundo con 17000 pergaminos y otros 300 000 documentos. Ah, y ya desde hoy mismo, propongo a los catedráticos de lengua vasca y a los académicos de la Euskaltzaindia que borren de su mente ese barbarismo de “bibliotekoa” que les enseñó equivocadamente mi profesor Koldo Michelena; y que aprendan a decirlo en su idioma, en armenio, y, por supuesto, que empiecen a escribirlo como Dios manda, en su idioma armenio-vasco, así: Մատենադարան, que eso es lo que significa: «biblioteca». O este sinónimo: “gradaran”, գրադարան.Y ya de paso que nunca más digan “matrikula” ni “informacio” ni “instituzionala” que suena “a cachondeo”. Que lo digan en su lengua, que es preciosa; y escrita no tiene precio: es una maravilla. Que concedan becas a los jóvenes más inteligentes para que vayan de “Erasmus” a Yerevan, y estudien manuscritos como los que hacen referencia a Raimundo IV de Tolosa en los que se habla de viajes de ida y vuelta de españoles y franceses medievales en peregrinaciones a las tierras cristianas conquistadas por los islámicos antes de la primera Cruzada.[8]

 Me queda algo muy importante que invito también a seguir investigando: las marcas de los canteros. En los edificios medievales españoles y franceses hay muchas con el doble brazo de la cruz: la cruz oriental, la patriarcal, como la de Caravaca o la de Astorga. La silueta de la cruz patriarcal se ve en marcas de cantería,[9] pero las más abundantes marcas de cantería son las esquemáticas cruces armenias con los extremos lobulados, como figuran en la clasificación de las marcas de canteros cruciformes de Joan Tours (lámina XIV).


Hay miles de bajorrelieves en capiteles. No se sabe el significado de todos los símbolos esculpidos en las piedras. Es necesario investigarlos. La presencia de elefantes significa, por lo menos, que los canteros de Francia y España conocían el mundo de oriente donde abundan los paquidermos en el arte. Es imposible concebir que un maestro de obras tallara u ordenara tallar elefantes sin haberlos conocido. Los riquísimos códices miniados armenios de los siglos medios, nos hacen asegurar la superioridad cultural, en esa época, de Armenia sobre occidente. El occidente comprendía las tierras situadas entre las costas de Occitania y las cercanas al “finisterre”, las más alejadas del centro cultural del mundo, que era la Mikra Asia y el Cáucaso.


He de insistir en que se mantiene como un dogma lingüístico incuestionable que en todo movimiento migratorio, a lo largo de la historia, los grupos de hablantes más cultos han impuesto su lengua a los de cultura inferior. Desde luego los armenios eran muy cultos comparados con los siervos de la gleba de Europa; por eso, aunque eran menos en número y distribuidos por grupos homogéneos en las fábricas de monasterios y catedrales, eran libres, podían moverse a su albedrío de un lugar a otro y cobraban sueldos por trabajar a destajo, en contraposición a los labradores de la tierra que estaban atados a ella aunque cambiara de dueño. Eran más cultos aunque hablaran una lengua extraña y lejana. Por eso subsistieron como grupo moviéndose libremente de un lugar a otro acostumbrados en su historia a deportaciones masivas.

La cultura de los levantadores de piedra y de cortadores de manera, se enquistó y se encerró en sí misma después de que la gran masa de población de cotizadísimos artesanos de la piedra y de la madera, despavorida a causa de las persecuciones inmisericordes, acudiera a Europa desde Cilicia, Edesa, Armenia y Georgia.

El rango social de los peones levantadores de piedras, canteros y escultores de cincel y martillo ha decaído, pero no debemos ser anacrónicos pues, en aquel tiempo, el escultor y el cantero podían ser la misma persona. No podemos asociar al escultor medieval a nuestros actuales licenciados en Bellas Artes.

¿Cómo podemos sostener que el euskera es una lengua aislada, hipótesis que se ha mantenido insistentemente? Es necesario revisar este concepto. Cuando menos es discutible que exista alguna lengua aislada, incluso el chitimacha, de un grupo de indios de la actual Luisiana, al que no se le ha encontrado relación alguna.

 Es lógica la resistencia a dudar de mi cambio en la orientación respecto a la antigüedad de la lengua vasca, dado que estoy sugiriendo el cambio de orientación en los estudios de todos los vascólogos, jóvenes investigadores y gramáticos vascos, quienes unánimemente han sostenido como primordial factor de su existencia científica la teoría del aislamiento del eusquera, marcada con un error inicial y seguida a pies juntillas sin atreverse nadie a rebatirla porque, de hacerlo -política local por medio-, conduciría al que osara tal atrevimiento, hacia el más abyecto ostracismo en la sociedad euskalduna. ¿Alguien puede imaginar a Arzallus y a Setién sostener que su lengua materna aprendida entre los verdísimos bosques vascongados no tiene asentamiento en las tierras vascas más allá de veinte o treinta generaciones, es decir, que ahí no se habla vasco, más allá de los tatarabuelos de los tatarabuelos de los tatarabuelos de sus tatarabuelos, y se acabó? ¿Y que esa lengua vasca a la que llaman Euskara, no es más que Armenio, esa sí, lengua milenaria con algunas palabras de Georgiano y algo de otras lenguas Lazi del Mar Negro, lenguas, todas ellas, de los cristianos aliados de los cruzados franceses de nuestra Edad Media, que vinieron en oleadas, huyendo de las matanzas de los mahometanos selyúcidas, lenguas, por otra parte, de grandes artesanos de la piedra y de la madera, aprovechando que en Europa en esa época se necesitaban buenos canteros, fuertes, musculosos, que levantaran las piedras con agilidad y soltura para colocarlas en los grandes muros que se construían en los más de dos mil edificios que en un solo siglo se construyeron en la Actual Francia y Norte de España?
En España y en Francia, en esa época, faltaba la mano de obra especializada. Los oriundos eran labradores. Los artesanos especialistas de la piedra y la madera, emigrantes caucásicos, eran absorbidos en las logias con certificado de devotos cristianos sin tener que pasar periodo de aprendizaje, donde encontraban solución estable a su turbulenta existencia.

¡No podemos olvidar la peste negra! Hizo estragos devastadores en la población europea.
¿Qué pasaría con la peste negra? Nada que no sepamos. En los campos, en las nacientes ciudades en las que se estaban terminando de construir las catedrales y el resto de las grandes edificaciones con piedras, no sólo se diezmó la población, sino que quedó aniquilada porque se contagiaban fulminantemente. Se libraron de la muerte los que tenían libertad de movimientos, los armenios de las logias catedralicias que disfrutaban de esa libertad para refugiarse en las montañas donde no se contagiaran, acostumbrados a su multisecular huida de grandes holocaustos, y se vieron obligados a permanecer en los valles más escondidos de Aquitania, Pirineos y Reino de Navarra que incluía la antigua tierra de los antiguos pobladores, las actuales tierras vascongadas. Allí se libraron de la terrible enfermedad tan contagiosa como mortífera. La selección natural —como ya señalaron Hugo de Vries y Morgan— propició que los supervivientes de tantas inclemencias y pestes se refugiaran en las tierras vascongadas mezclándose con los antiguos pobladores y se multiplicaran entre ellos, los más fuertes en sus músculos y en el sistema linfocitario, que superaran todo tipo de infecciones en esa selección natural de un “rh” “propio”. Como grupo más culto, siguió imponiendo su lengua a los campesinos de las circunscripciones donde se refugiaron.

 ¿Qué les quedaba, si en aquellos valles ya no había ni reyes ni ricas jerarquías eclesiásticas que sufragaran los gastos de construcción de grandes edificios pétreos? Nada más que aprovechar las partes más bajas de los valles y transformarse en labradores, roturar las pequeñas parcelas y seguir viviendo de la madera de los bosques. Pero algo les quedó de sus habilidades de subir a los hombros pesados sillares cúbicos, para construir los robustos muros románicos y los esbeltos góticos que les habían ordenado los exquisitos arquitectos nórdicos y galos; cilíndricos, para colocarlos apilados haciendo nervios y pilares, a lo que tan acostumbrados estaban; y también morillos paralelepipédicos.

Se resistieron a perder su antiguo oficio e hicieron permanecer en sus juegos y competiciones del “domingo por la tarde” en la estrecha explanada del pequeño núcleo urbano de sus nuevos asentamientos en las actuales tierras vascongadas, la demostración de fuerza y de maña en subir —haciendo escala en la rodilla, hasta colocarla en el hombro y hasta en la cabeza— pesados guijarros… ¿Cómo no iban a recordar, con los bueyes de su nuevo oficio de labriegos, el arrastre de las piedras más pesadas por las rampas de los andamios ingentes de las catedrales, hasta lo más alto de las rampas de maderas robustamente colocadas? Les quedó la competición lúdica con las distintas artes de la piedra con todas sus modalidades de arrastre con bueyes, con caballos, con burros y con lo que hicieran falta. No digamos la destreza en hacer, de un tosco tronco, con el mejor arte del afilado del hacha, lo que venían haciendo sus antepasados en Armenia y en Georgia y en los países aledaños desde tiempos ancestrales: paralelepípedos perfectos utilizados como vigas sin desviarse en el corte del hacha, hacer cuñas e incluso cortar los troncos más gruesos; nada distinto a lo que todos los pueblos del mundo han hecho: competir lúdicamente en las destrezas del trabajo de sus antepasados, lo que han seguido haciendo los mozos vasco-armenios de nuestra Euskadi, con lo que siempre sus antepasados desde Noé y su descendencia, habían manejado en las mesetas y montes caucásicos: la manipulación, sujeción y levantamiento de la piedra y el corte de la madera.


Hablando de juegos y competiciones, no podemos olvidar a los pelotaris vestidos de color blanco-armiño, el color puro del que se ha olvidado su verdadero significado, símbolo ancestral de pureza noble, combinado con el color rojo-sangre, para que nadie olvidara su alma inmaculada y perseguida en constantes genocidios. No olvidemos la etimología. ¡Blanco armiño es blanco armenio! !Vaya palabra! Armenius, decían los romanos. Y los provenzales anfitriones primeros del pueblo armenio huido, le asignaron el color blanco y rojo en sus juegos y fiestas para que nunca olvidaran, por lejos que se encontraran de su originario caserío del Cáucaso, tanto su origen inmaculado como que fueron sangrientamente perseguidos, para que algún día, aunque fuera en el siglo XXI, pudieran volver a las raíces de donde fueron expulsados.


Una por una, las reflexiones anteriores pueden decir poco, pero todas juntas, se entrelazan encajadas afianzando la hipótesis más verosímil: que a Europa vinieron en masa los canteros-escultores armenios, y también los pueblos aledaños perseguidos a muerte en Armenia y países limítrofes, con lo que queda diseñada la hipótesis sobre la que hay que seguir añadiendo datos fidedignos, y, desde luego, no nos queda más remedio, de momento, que abandonar esa quimera de que los gudaris con su lengua —como dice “El libro blanco del euskera” [10]— hincan sus raíces en el “austrolopitecus hispanus”. En el austrolopitecus la hincamos todos.

Propongo que los nuevos doctorandos de las universidades vascas aprendan armenio con su alfabeto y se metan de lleno en los archivos de Yerevan y de Tibilisi, desde donde ya irán siguiendo los rastros por los archivos de la antigua Unión Soviética, y que prueben escribir euskera con el alfabeto precioso de 36 caracteres por si se adapta muchísimo mejor a la fonética vasca que los caracteres latinos, así no tendrán que escribir con tantas “tes” y con tantas “equis” y con tantas “kas” porque, según todos los indicios, el vasco actual es un dialecto[11] del armenio que vino en la Edad Media y que en ochocientos años  tantas influencias lingüísticas ha recibido, hasta llegar al “status actual” de más de veinte modalidades de habla o subdialectos, que conservan muchas palabras de sustrato prerromano de varios idiomas primitivos concomitantes y mucho del latín evolucionante y  machacante como adstrato.


Todavía un pequeño detalle: también propongo el estudio comparado de los atuendos de los “dantzaris”, incluso de los movimientos en el baile. ¿Es que recuerdan faralaes, o trajes maragatos, o tatuajes africanos, o al traje escocés? ¿O, más bien, recuerdan los colores y bordados en las calzas y calcetos, y calcetines, y calzones y calzoncillos y gorros y casacas de Georgia y Armenia? No es posible que en la Edad de Piedra se bordara en Euskadi con esos hilos de colores armenios medievales. ¿Y si fueran casuales coincidencias y no tuvieran relación alguna? Mire usted: que yo no me lo creo.

No puede ser casual tampoco lo que cualquier lingüista puede concluir al hacerse las siguientes preguntas:
¿Es casual que para el vocablo gentilicio “armenio”, los tribunos romanos utilizaran la palabra “armenius” y que se conserve esta palabra como típico cultismo hasta nuestros días, siendo así que, la palabra “armiño” —recordemos a Menéndez Pidal con la yod segunda “ene-yod; ni”—, procede de “mus armenius”, que es el ratón de Armenia? Se asimila esta palabra nueva detectada por primera vez en España a mediados del siglo XII, con el resto de las yodes segundas en el devenir de la evolución lingüística.

Es necesario, como decía antes, entresacar, de entre nuestros compatriotas vascos, a los jóvenes más inteligentes para que, como el filólogo catalán Joan Corominas, estudien y no olviden que Armenia en la Edad Media era la tierra más conocida en Occidente, con sus usos, sus costumbres y sus animales, mucho más que Rusia y resto de las tierras asiáticas a cuyo animal roedor blanco se le designaba ya como “mus ponticus”. ¿Por qué eran los armenios los más conocidos de todos los pueblos de Asia en Francia y en España?

Una leve apreciación al respecto: la traducción de la palabra “armiño” en armenio se pronuncia: [spitak kzak’is]; pero con una caligrafía preciosa: “սպիտակ կզաքիս”; por eso sugiero a nuestros amigos vascos que destierren de su léxico “armiño” y empiecen a decir “spitak-kzakis” porque “armiño” es una de las más típicas evoluciones al castellano con su “yod segunda”.

La prueba de que al animalito blanco lo trajeron a Provenza los armenios y los cruzados, y desde ahí lo exportaron a todos los montes de España y Francia es la palabra con la que se designaba en ese momento: “armenius” que muy pronto se convierte en “armiño”. Hemos de recordar la corriente de investigación lingüística “Wörter und Sachen”, del lingüista Vossler, que se propone, como finalidad, llevar al primer plano en la vida del lenguaje el aspecto semántico mediante el estudio profundo de las cosas. En este caso, la cosa es el animalito de la apreciada piel blanca como la nieve del Ararat, de donde precedía. Una curiosidad al respecto: a partir de la Edad Media, en las Islas Británicas donde, como en los montes Urales sí existía desde siempre el animalito blanco llamado “stoat”, se abandona la palabra autóctona “stoat” y se sustituye por “ermine” importada desde Francia. Por los montes de la Europa más nórdica sí que existían armiños y se les llamaba de maneras parecidas, así en ruso: “gornostaĭ” escrito con estos caracteres “горностай”. Yo creo que “stoat” y “gornostaĭ”, participan de las mismas raíces indoeuropeas como “spitak” armenio. (st t = st й = st k). Propongo también esta línea de estudio.
Después de consideraciones como estas, ahora entiendo mejor cómo Nora Orbea Zubía, personaje de la novela “El enigma de Baphomet”, decía que su abuelo paterno llamado Arats (el aitona), “vasco, vasco” por los cuatro costados, hablaba armenio, y eso que nunca había salido de uno de los valles verdes de las tierras vascongadas ni él ni sus antepasados que según decía llegaban hasta San Ignacio de Loyola. Y conservaba los apellidos de varias generaciones: Aratz Orbea Zubía Barandiarán Recagorri Ayestarán Uberuaga-Zumaran Gainza Aludán Gaimberri Beherán Gainznarán (y le llamaban en el caserío “el tío refranes”, dando la coincidencia de que “Arats” en vasco significa “proverbio”; y en armenio “Arrats” también significa “proverbio”. Y de los apellidos de Nora, más de la mitad, terminan en “án” como los armenios. ¿Curioso, no?
Fíjémonos en este texto cogido al azar de una página web. Es armenio castellanizado al que llaman Euskara:
“Astelehenean, uztailak 18, 16:00etan, Vitoria-Gasteizeko Villa Suso Jauregian, Europako Malakologia Elkarteen VI. Biltzarraren inaugurazioa izango da. Ornogabe talde honen ikerketan eta kontserbazioan adituak diren ehun pertsona baino gehiago elkartuko dira kongresuan. Inaugurazioan izango dira: Eugenio Ruiz Urrestarazu, Arabako Campuseko errektoreordea Idoia Garmendia, Vitoria-Gasteizeko Udaleko Ingurugiro zinegotzia Germán Alonso, Eusko Jaurlaritzako Biodibertsitate eta Ingurumeneko Partaidetzako zuzendaria Jose Mari Sanz de Galdeano, Eusko Jaurlaritzako URA Agentziaren Plangintza eta Obra zuzendaria Benjamín Gómez Moliner, Kongresuaren presidentea eta UPV/EHUko Zoologia saileko katedraduna”.
Nada menos que el 40% de las palabras de este texto son castellanas: Europako (Europa), Malakologia (Malacología), inaugurazioa (inauguración), kontserbazioan (conservación), pertsona (persona), kongresuan (congreso). Inaugurazioan (inauguración), Biodibertsitate(biodiversidad), Obra (obra), presidentea(presidente), Zoología(zoología) saileko katedraduna( cátedra).
¿Por qué las cogen del Español?[12] ¿Por qué los académicos de la Euskaltzaindia no las cogen de su idioma, es decir: del armenio, que son preciosas todas? Es exactamente lo mismo decir que estas palabras “españoloas” son protovascas, que decir que el resto de las palabras de este texto, -caucásicas- son pre-protovascas.
Propongo la siguiente línea de investigación:
1) ¿El estrato lingüístico del vasco es el Armenio, el Georgiano y algunas otras lenguas venidas a Europa en la Edad Media?
2) ¿El substrato lingüístico lo constituyen  las lenguas primitivas prerromanas del norte de España y sur-oeste de Francia que evolucionan siglos más tarde entre el latín vulgar que llega a los siglos X y XI desgajándose en adstratos?
3) ¿Los adstratos lingüísticos son las lenguas romances, leonés, aragonés, catalán, occitano, francés y castellano que, a su vez, evolucionan y se nutren con simbiosis, con los superestratos?
4) Los superestratos lingüísticos de esa amalgama proceden de los actuales cultismos latinos y de lenguas modernas, como el actual inglés científico.
5) ¿Sería ésta, la explicación de por qué hay treinta idiomas vascos diferentes dependiendo de la ubicación de cada valle?
6) Hoy día la ciencia dispone también de métodos genéticos más finos que la comparación del factor sanguíneo. Investíguese.
Mi amigo Iñaki acaba de llamarme sugiriéndome la genial idea de llamar, desde hoy, al idioma vasco: “Euscalmenio”.
¡Cómo me hubiera gustado haber hablado en Salamanca de todo esto con Koldo Mitxelena y su compañero y mi maestro el Dr. Pensado.  Por lo menos me hubieran mirado a los ojos, pensativos, mientras leyeran este esbozo de artículo, moviendo la cabeza diciéndome: ¡quizás… quizás! ¡Hay que ponerse a ello y explorar todas las vías!

NOTAS:

[1] Trozos de barro cocido o de vasijas con inscripciones en pretendida lengua vasca de los siglos II ó III ó IV, con los que se ha tratado de falsificar la antigüedad de la lengua vasca.

[2] “Oppidum” y “civitas”. Las dos palabras significan “ciudad”; si bien, como todo sinónimo, con matices diferentes: “oppida” significa “ciudades” y “civitas”, significa “ciudad”.

[3] Glosa emilianense Nº 60:  Dos frases que no se han llegado a descifrar con absoluta certeza, y se sigue dudando del idioma en  el que están escritas. Los lingüistas vascólogos sostienen que están escritas en euskera.

[4] “El Arca de Noé”.
 Mes de nisán, (más o menos, marzo o abril)

[5] Trombetti A. “L’unità d’origine del linguaggio”. Bologna. 1905.

[6] Sustituyendo el fonema nasal por oclusivo sonoro, lo cual no es repugnante en fonética.

[7] Ashot (Tulian) Artzruní: “Historia del pueblo armenio”, 4ª edición en español, Barcelona, 2010. Sirar Ediciones. Pag. 201.

[8] Artículo de P. Ignacio Peña, en internet: http://www.ive.org/mediooriente01.org/pag_resivemo.asp?id=51, del que extraigo estas líneas:

 “Conquistada en el año 1071 por las hordas turcas seljúcidas que devastaron toda la Armenia; una parte de la nación, con sus príncipes a la cabeza, emigraron a tierra bizantina, instalándose en las montañas del Tauro y en Cilicia. Aquí fundaron el principado de Armenia Menor que durará de 1080 a 1375. Tuvo relaciones muy estrechas con los cruzados a quienes los armenios prestaron ayuda militar. En Edesa se constituyó un principado armenio franco que duró medio siglo.”

“Con la Primera Cruzada, los armenios de Cilicia tuvieron como poderosos aliados a los cruzados francos. Con su ayuda, defendieron a Cilicia de los turcos, tanto con acciones militares directas como por el establecimiento de los reinos cruzados vecinos: el principado de Antioquía y el condado de Edesa”.


[9] Martínez Pradres, José Antonio. “Los canteros medievales”, pag 35. Dibuja cinco distintas de doble brazo.

[10] La cita exacta dice: “El rasgo más saliente y más definido de esta terca vocación de vida de la cultura vasca es su lengua, una lengua que con sus raíces de la Edad de Piedra aún vivas en sus voces ha llegado con alientos de juventud hasta la Era Atómica

[11] Dialecto tomado en el sentido evolutivo de una lengua en cuanto derivada de otra, de la misma manera que las lenguas románicas son dialectos del latín.

[12] Gorrotxategi Mikel.  EDWARD SPENCER DODGSON (1857-1922)Recopilación de sus publicaciones en prensa diaria.Homenaje a las puertas de su 150 aniversario. Goio Bañales.
“A muchos Vascongados las palabras extrañas y mezcladas que han de leer
en este libro les darán dolor de orejas. Sin duda que siendo el Euskeria (b)
tan rico en sí mismo no necesita de vestirse con lenguas extranjeras que son
más feas. Porqué hay que decir entiendimentuba para adiña? Y así muchas
otras frases del erdal (c) abandonando las púramente euskéricas?
En verdad ¿a quién no ha de amargarle, torturarle y atribularle el corazón
al ver que muchas otras lenguas se han condecorado con la abundancia
del Euskeria y que los mismos Vascos, del otro lado, mezclan palabras extranjeras
y llenas de fantasias infundadas con sus propias que están llenas de
sabiduría e ilustración?”


COMENTARIOS:
41 comentarios:

Anónimo
12 de abril de 2012 14:57
Le recomiendo el link:

http://www.europaindigena.com/2ª-parte/iii-la-cultura-tradicional-vasca/16-el-euskera-la-lengua-indígena-de-europa/

donde se registran 48 palabras prácticamente iguales entre el ibérico/tartésico - etrusco -minoico - vascuence.

Y la opinión de Vahan Sarkissian: O bien los vascos se desplazaron desde Armenia a la Península Ibérica, o viceversa; o bien existió en la antigüedad una gran cultura que abarcaría desde los Pirineos hasta el Caúcaso. No le veo otra explicación”.

Saludos.

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Anónimo1 de julio de 2012 10:06
Creo recprdar que cuando los arabes invadieron ESpaña Los ejercitos de Don rodrigo estaban por el norte pegandose con los vascones
¿Eran vascones o eran cantabros?
Eso sucedia en el siglo VIII antes del documento ese del siglo XIII
Tambien hay quienes lo relcionan conuna panlengua del norte de africa antes de la desecacion del sahara y al consguiente salida por patas de su poblacion ( no encuentro el link, era un colgao australiano que con el vasco aplicado a cualquier lengua se atrevia incluso a realizar profecias , muy de ver)
Bueno "....como son cuestiones enigmaticas pueden prestarse amuchas conjeturas"

¿Y si la civilizacion hubiera comenzado en cantabria como afirma Ribero Meneses ?


Jesús García Castrillo
1 de julio de 2012 11:05
Claro que , como nos recuerda un comentarista en este blog, hay que revisar la teoría de Fomenko"



Jesús García Castrillo
12 de abril de 2012 15:51
Amigo anónimo: Gracias por recordarme el artículo que cita. No cabe duda de que en la zona donde se conservan más elementos lingüísticos de las lenguas del substrato primitivo prerromano es en el país vasco español, en el país vasco francés, y en zonas de Navarra; mucho más que en el resto de los idiomas romances, donde los hábitos lingüísticos prerromanos fueron sustituidos por el latín vulgar. Por eso el euskara actual es un idioma rico en elementos caucásicos sobre todo armenios, latín, y una gran cantidad de elementos primitivos de los sustratos prerromanos antiquísimos.
El catedrático de Yerevan, Vahan Sarkisián, cuando falleció dejó su trabajo inconcluso y había identificado 600 palabras coincidentes entre el euskara actual y el armenio actual de uso común que en 6000 ó 10000 años de evolución sería imposible que se mantuvieran tan separadas sin apenas modificaciones. En unos cuantos milenios se habrían diversificado en sus evoluciones de tal manera que serían irreconocibles. El estudio del dialectólogo, profesor de la Universidad del país vasco, Koldo Zuazo demuestra que el euskera empezó a diversificarse en las 25 ó más modalidades actuales a partir del siglo XV. El documento más antiguo que existe es la 60ª glosa emilianense de dudosa caligrafía según mi profesor en Salamanca, Luis Michelena, siempre más moderna que el texto que glosa, por lo tanto del siglo XII hacia delante.
Todas la lenguas, unas de una manera y otras de otra contienen elementos híbridos que se han ido ajustando a lo largo de su vida según los avatares históricos, pero siempre con preponderancia de unos sobre otros.

Sin duda de ninguna clase, de las lenguas de España, la que conserva más elementos lingüísticos de las lenguas del mapa lingüístico prerromano de la península y más antiguos es el euskara. En castellano, por ejemplo, se conservan algunas pero pocas, como “arroyo”, “vega” “perro” “carrasco” etc. porque el latín se impuso con más fuerza. Un saludo.


Anónimo
13 de abril de 2012 04:56
El título del artículo: “El armenio se habla en el norte de España” introduce un sesgo en la investigación que, como todo sesgo, es indeseable.
También se podría haber titulado: “El vascuence se habla en Armenia” que hubiera sido igual de sesgado e igual de indeseable.
La hipótesis de Vahan Sarkissian: “O bien los vascos se desplazaron desde Armenia a la Península Ibérica, o viceversa;” es más equidistante y objetiva.
La segunda hipótesis de Vahan Sarkissian es la más interesante: “;o bien existió en la antigüedad una gran cultura que abarcaría desde los Pirineos hasta el Caúcaso”.
Como le diría Sherlock Holmes al Dr.Watson: “el idioma urartiano, que se habló en Armenia siglos antes que el armenio, Watson, he ahí la clave”.
Saludos cordiales.



Jesús García Castrillo
13 de abril de 2012 05:14
Se puede cambiar el título para que sea más exacto, pero me ha sido difícil resumir la complejidad del euskara en un título.

Podría ser “En parte del norte de España, parte del sur de Francia y parte de Navarra, se habla una lengua formada a lo largo de la historia por las lenguas del substrato prerromano, adstratos visigodo y otras, mucho latín, tanto vulgar en sus manifestaciones más tempranas como latín culto o clásico y mucho castellano y mucho de lenguas caucásicas-carvelianas, sobre todo del armenio”



Anónimo
12 de abril de 2012 18:52
Es riesgoso tratar de datar una lengua únicamente por sus textos escritos más antiguos. La presencia de una lengua en un territorio también se rastrea por la toponimia, tumbas, etc. En Aquitania (Francia) hay estelas funerarias de lengua vascona-aquitana del siglo I d.C. Ni que decir la abundante toponimia vascona en las tierras actuales vascas y aledañas.
Grandes lenguas americanas como el Guaraní, que no conoció escritura hasta la llegada de los europeos, no ofrecen ninguna duda sobre su antigüedad porque dejaron un inmenso rastro en nombres de ríos, arroyos, montes, flora, fauna, etc.
Basta recorrer la geografía vasca actual, sus ríos, sus montes, sus poblados (como Iruñea; luego Pamplona en el siglo I a.C.) para convencerse de que es una lengua muy anterior a la Era Cristiana y por su estructura anterior a la oleada Indoeuropea.
Lo único (¡y no es poco!) que tenemos es una serie de vocablos comunes en vasco y armenio. No parece que se pueda inferir relaciones de precedencia.
Un respetuoso saludo.



Jesús García Castrillo
12 de abril de 2012 22:52
600 palabras de la mayor frecuencia de uso, contrastadas hasta el momento y no terminado el trabajo, son demasiada palabras. Claro que se conservan algunas palabras y restos de otros hábitos lingüísticos del antiguo vascón, y del antiguo aquitano, y del várdulo, y del autrigón y de otros balbuceos primitivos, sobre todo en la hidronimia, pero no es como para dejar de estudiar, en el Matenadarán, los miles de documentos armenios no investigados todavía, no sólo lingüísticos sino de relaciones históricas entre Armenia y España y Francia en la Edad Media. Hay restos conservados en letras de canciones vascas que hablan de rasgar la guitarra según los cánones musicales de Armenia, con la maza y el cincel para labrar las piedras y muchas otras cosas… A ver si los jóvenes lingüistas se animan a seguir estudiando, ya que los de mi generación, jubilados, ya no estamos para becas Erasmus. Un saludo.


Anónimo
1 de julio de 2012 10:45
otro comentario ( como no se dond eponerlo aqui lo cuelgo) Madrid tuvo un rey llamado Leon V de Armenia
al parecer salio huyendo de armenia y el rey de aqui lo coloco de rey de Madrid. Hoy en MAdrid hay una calle con su nombre

http://es.wikipedia.org/wiki/Le%C3%B3n_V_de_Armenia

como se ve habia bastante relacion



Jesús García Castrillo
1 de julio de 2012 11:42
Ciertamente, amigo. Todo el episodio de la liberación de la mazmorra en la que estaba prisionero el Rey Levón V de Armenia, por el rey de Castilla que envió oro y huestes y otros valores para su liberación y acogida en Madrid, responde a la gran complicidad y amistad entre Armenia y lo que hoy es España y Francia. Y no sól eso sino que se le concedieron señoríos en tres partes de España. Esta historia no sé por qué es muy poco conocida y poco estudiada en los programas escolares de Historia cuando son hechos probados documentalmente. Precisamente es uno de los apoyos de las consideraciones de este blog. Gracias por recordarlo.



Jesús García Castrillo
2 de julio de 2012 14:01
Se me olvidaba decirle que este tema del Rey Armenio en Madrid ya lo he tratado en este blog: "Franceses y armenios"
http://blog.elenigmadebaphomet.com/2012/01/franceses-y-armenios.html



Anónimo
13 de abril de 2012 06:12
La hipótesis urartiano-armenio/vasco es sumamente interesante.
Ver: http://elistas.net/lista/historia_universal/archivo/indice/52/msg/107/

“G. Ghapantsian ha comparado parte de léxico armenio con el léxico conocido del hurrita (lengua estrechamente emparentada con el urartiano) y ha podido establecer las siguientes correspondencias:
arm. jendzor ‘manzana’ < hurrita hinzuri
arm. nurn ‘granada’ < hurr. nuranti
arm. tul't < tught 'malvavisco’ < hurr. tuldi
arm. xal'ol' < xaghogh 'uva’ < hurr. haluli
arm. anag ‘estaño’ < hurr. anagi
arm. salor ‘ciruela’ < hurr. salluri
Así pues la lingüística nos proporciona un medio independiente de probar que en el tiempo en que los armenios entraron en el territorio urarteo, la lengua de estos estaba todavía en uso y de hecho ambas comunidades debieron coexistir durante algún tiempo.”

Saludos.



Jesús García Castrillo
13 de abril de 2012 07:27
Gracias por esta contribución



Anónimo
13 de abril de 2012 18:40
El texto armenio más antiguo que se conserva es del siglo V d.C. (la traducción de la Biblia).
Es decir que la lengua armenia (siguiendo su línea de razonamiento) tendría a lo sumo 1600 años.
No creo que sea correcto.
Saludos.



Արինբերդ
27 de junio de 2012 01:45
Es completamente falso lo que está dicinedo y además, está cargado de mala intencionalidad. El que el idioma armenio se escribe en su alfabeto propio desde hace 1600 años no queire decir que sea de esa antgüedad. Moises de Khorene trae textos recogidos de su época que narran historias del siglo 1 a.C.
Estrabón dice que en el siglo I a. C en los días del rey Artaxes I toda la Armenia hablaba una misma lengua. Ojo, no quiere decir que antes no existía sino que pongo ejemplo este para que esté claro lo absurdo de su logica y para que no lleve a la confusión a los lectores
A finales del siglo V a. C y principios de IV a. C Jenofonte pasó por Armenia e hizo descripciones en su obra sobre Armenia como país constituido, con ciudades y costumbres y tambíen con lengua propia que él no entendía nada a apesar de saber persa.



Արինբերդ
27 de junio de 2012 01:51
Las historia s de Khorene que digo son sobre Artaxes mismo y estan en ARMENIO que culaquier armenio entiende ahora y eso que ha pasado 2000 años.
Eso demuestra que ya entonces se había formado el armenio con sus reglas que no dejaban que la lengua se perdiese.
P.D. las lenguas que mencionan los autores griegos antes mencionados es el armenio y dicen que están en el país que se llama Armenia.



Anónimo
27 de junio de 2012 07:46
No parece que afirmar la completa falsedad y la "mala" intencionalidad de la hipótesis histórico-lingüística del euskoarmenio que hace García Castrillo, sea algo neutro. Aquí sí que atisbo a ver cierta intencionalidad - y no la califico, pues los adjetivos no son propios del debate científico.
Parece que algunos de los apuntes razonados que hace Ud.en su aportación son bastante interesantes y enriquecen este debate. Pero quedan neutralizados y completamente desfigurados por el uso de esos adjetivos -`falso´,`mala´ -, ahora sí, ilógicos y extemporáneos.
El calificativo no es una categoría científica para el debate. Salvo que Ud. sea un Ser Superior, omnipotente y omnicomprensivo, que intenta darnos doctrina oculta en vez de pensamiento libre.

Animo al Sr. García Castrillo a responder a este tipo de aportaciones con más información y más datos argumentativos que enriquecerán, sin duda, este debate.
Los calificativos valoran más al usuario que al destinatario,en este caso.



Jesús García Castrillo
27 de junio de 2012 08:53
Amigo anónimo. Se puede aportar ciencia y conocimiento anónimamente en este blog, pero en ningún caso abriré un debate con un anónimo. Yo aporto con buena “intencionalidad” lo que sé, y sugiero caminos de investigación sobre todo a los jóvenes lingüistas. Mi identificación es clara: Jesús García Castrillo, autor de “El enigma de Baphomet”. Un saludo.



Anónimo
28 de junio de 2012 13:49
Pues tiene razón, Castrillo. La ciencia y el conocimiento se sostienen por sí mismos o por el carácter autoritativo de quien los soporta. Pero los juicios de valor no se deben esconder en el anonimato. Se convierten en disparos de francotirador de pacotilla. Y el debate para estos guerrilleros de las ideas es premio que no se merece.
Siga desarrollando y enriqueciendo su teoría, los librepensadores se lo agradeceremos.



Anónimo
30 de junio de 2012 09:49
Creo que se ha interpretado mal al señor que firma con caracteres armenios. No ha acusado de mala intención al prof. Castrillo sino al autor del comentario anterior



Anónimo
13 de abril de 2012 20:47
Barandiaran (y otros apellidos vascos similares). Son dos palabras Barandi–aran significa en vasco Valle de Barandi. No termina en “an”. Los apellidos armenios tampoco terminan en “an”, terminan en “ian” que es de origen persa.
Saludos.



Արինբերդ
27 de junio de 2012 02:03
la particula ian es una particula indoeuropea que hace referencia a la procedencia de algo. En Ingles también existe (por ejemplo, brazilIAN - procedente de brazil), en frances también y otras lenguas. ¿A caso es de origen persa también?
Pero para que se sepa, los armenios no escriben "ian" en sus apellidos en armenio sino յան. que se pronuncia como "yan" y por eso a veces los apellidos armenios en alfabeto latino terminan en ian otras veces en yan pero en el armenio mismo se escriben igual. Y ese յան viene del armenio clásico եան que se translitera "ean" Asi son los apellidos en textos clásico de medievo como Mamikonean (transliterado Մամիկոնեան).
Esa terminación se utiliza también en palabras simples signficando procedencia.



Anónimo
13 de abril de 2012 20:57
El artículo dice:
“…los grupos de hablantes más cultos han impuesto su lengua a los de cultura inferior. Desde luego los armenios eran muy cultos comparados con los siervos de la gleba de…”
¡ Qué raro que no haya ni rastros en la geografía ibérica del alfabeto armenio !. Una laguna que llama mucho la atención. Los armenios medievales que trajeron, según el artículo, su lengua a Vasconia ¿no dejaron su alfabeto del siglo V d. C.?
Saludos cordiales.



Jesús García Castrillo
13 de abril de 2012 22:15
Hasta el dominio otomano, el trasiego por el Mediterráneo era muy intenso. El alfabeto creado hacía poco, es cierto, estaba reservado para los textos sagrados y religiosos. Los canteros, maestros de la piedra y de la construcción, se desparramaron por Francia y España sobre todo, distribuidos en las logias de 2000 obras. En épocas de epidemias, eran los que tenían libertad de movimientos y de refugiarse en valles más escondidos. Que eran más cultos no quiere decir que fueran letrados sino que tenían más conocimientos matemáticos, elementales naturalmente, y por su movilidad más conocimientos de la vida en general. A lo largo de la historia siempre el constructor ha tenido más conocimientos, transmitidos por tradición oral, que el agricultor. En esa época sólo escribían pergaminos escasos y carísimos, los monjes en los monasterios. Las construcciones ni siquiera se proyectaban en planos sino sobre el terreno directamente, trazando medidas perfectas con hilos de cuerda… Eran verdaderos maestros de todos los oficios, pero sobre todo de la piedra, maza y cincel; y de la madera, sin más instrumentos que hachas bien afiladas. También ilustradores de tablas y paredes oficios muy especializados, es decir más cultos que los siervos de la gleba, que era prácticamente esclavos al servicio de un señor sin libertad de movimientos. Quien en la historia ha tenido libertad de movimiento siempre ha sido más culto que el que no ha salido de su tierra limitada. En épocas recientes, todos los emigrantes que se fueron a América desde España, al cabo de poco tiempo ya eran mucho más cultos, que sus paisanos que se habían quedado en el pueblo de España. Un saludo.


Anónimo
29 de junio de 2012 15:57
Señor García Castrillo:

Le recomiendo eche un vistazo a la corriente histórica denominada "Nueva Cronología" del matemático ruso Anatoly Fomenko et alii.

Tiene el problema de hallarse en idioma ruso, aunque también puede encontrar libros en alemán de autores como Uwe Topper o Heribert Illig, entre otros.

Escuetamente, le resumiré que niega la existencia de la "antigüedad" histórica, datando esas supuestas civilizaciones en la Edad Media.

Su página es chronologia.org

Los Foros sobre este asunto en el mundillo del revisionismo histórico ruso son muy abundantes.



Jesús García Castrillo
30 de junio de 2012 00:23
Gracias, amigo Anónimo. Un cordial saludo



Jesús García Castrillo
30 de junio de 2012 02:14
Amigo Anónimo: Los que han vivido gracias a las falsedades históricas, nunca pueden estar de acuerdo con la “New Chronology” (qué pena, y qué laguna intelectual el no saber ruso para no tener que leer en traducciones). Sin embargo, yo creo que hay que tenerla muy en cuenta sin hacer ella, tampoco, ningún dogma de fe. Si Bernal Díaz del Castillo no hubiera enmendado la plana al cronista oficial, que nunca pasó el Atántico, el tal Gomara, nos hubiéramos tragado todas las falsedades e inexactitudes del bien-pagado cronista oficial de los poderes político-intelectuales de la época. Yo, desde luego estoy en la línea de Bernal. O constatación y exactitud o escribir novelas, que ya se sabe que son novelas. En cuanto a la novela histórica, nunca hay que olvidar que es novela. “El enigma de Baphomet”, para que nadie se confunda, es novela, dentro del género novela histórica, pero novela al fin y al cabo donde, entre la historia recreo algunas elementos ficticios para que la narración se haga amena. Si no sabemos lo que pasó viviendo nosotros, cuando Tejero o cuando el 11-M ¿pretendemos hacer ciencia histórica fidedigna de hace no sé cuántos miles de años? Claro que es necesaria la “New Chronology”.



Jesús García Castrillo
30 de junio de 2012 02:37
La famosa frase de George Santayana "La historia es una sarta de mentiras acerca de eventos que nunca sucedieron contadas por personas que no estaban allí.", aunque a veces se cumple como en el caso de Gomara, hay que tomarla con ciertas reservas. Los radicalismos tampoco son los mejores compañeros.



Anónimo
30 de junio de 2012 12:57
Anatoly Fomenko, junto a Gleb Nosovski, ha publicado varios libros en inglés, en una serie que contiene varios volúmenes titulada "History: fiction or science".

Los cuatro primeros tomos se hallan en la red y pueden ser descargados con un poco de paciencia.

He encontrado uno de ellos, concretamente el cuarto, y le dejo el enlace.

http://www.mediafire.com/?f74tk87806k9vf8

Añadiré que estos libros corresponden a su etapa inicial y, por ello, sus apreciaciones han podido ser rehechas y modificadas en libros posteriores editados en ruso.


Jesús García Castrillo
30 de junio de 2012 14:38
Muchas gracias por tomarse la molestia. Un saludo



Jesús García Castrillo
30 de junio de 2012 15:16
Todo pensador que ha tratado de desmitificar una formulación oficial, en la que se han sustentado poderes de unos humanos sobre otros ha sido vapuleado y se le ha hecho pasar mal. Recordemos, a pesar de estar dentro de una determinada confesión religiosa, el lío que organizó Rudolf Bultmann cuando cuestionó elementos de narraciones de libros sagrados y los elevó a la categoría de mitos. Yo no sé si usted ha caído en el infortunio de leer “El enigma de Baphomet”. Precisamente el trasfondo que me ocupó mientras lo redactaba es este que incumbe a las concepciones de Fomenko o de Bultmann. ¿Hasta dónde es historia o hasta dónde es ficción la narración? Ha dado usted en el centro de la diana. Enhorabuena. Un saludo.



Anónimo
30 de junio de 2012 16:02
Hago mías las palabras del filósofo, de origen español, Santayana.
La Historia es un conjunto de narraciones dictadas por los intereses políticos del momento.

Pero lo más importante es la cronología. Trabajamos con una cronología ficticia, ampulosamente agrandada hasta perderse en la noche de los tiempos, cuando la realidad es muy distinta. El mundo es muy joven. La época histórica tal vez no tenga ni siquiera mil años en occidente, y unos pocos siglos más en oriente. Los ficticios grandes imperios del pasado pertenecen, Fomenko dixit, a la Baja Edad Media y fueron pergeñados para dotar de un pasado histórico a los pueblos occidentales, que no lo tenían, cuando éstos consiguieron imponerse a las culturas de oriente a partir del siglo XVIII.

No soy historiador, simplemente aficionado a la Historia, y no tiene por qué confiar en lo que le digo.

Ahora bién, si consigue encontrar algún amigo rusohablante y puede profundizar en las tesis de la "Nueva Cronología", le auguro una catársis esplendorosa.

Nada volverá a ser como antes.

Y no le faltará material para su blog, éso por supuesto.

Un afectuoso saludo.

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Jesús García Castrillo30 de junio de 2012 16:52
Bienvenidas son sus apreciaciones.

Estaba dudando acerca del acento de Gómara. He consultado el libro de Bernal D del C. y efectivamente es esdrújula.

Le deseo salud.



Rafael Hervías Garrido
30 de junio de 2012 17:15
COMENTARIO AL ENIGMA DE BAPHOMET

Magnífica, impresionante y erudita obra literaria en la que el autor nos transporta, como abducidos, con verbo fecundo y culto, hasta fundirnos en la trama y hacernos soñar que somos también protagonistas de los hechos, leyendo de un tirón, al período más rico, turbulento y romántico de la Edad Media europea y española.
Este libro podría catalogarse más como de Historia que como novela, pues a pesar de la riquísima imaginación que el autor derrocha en su narración, y la cantidad y variedad de los personajes actores del drama, todo lo que en él se narra pudo muy bien haber ocurrido exactamente así. ¿Por qué no?. Es como cuando leemos “El Quijote”, donde todo, hasta lo más impensable, nos parece que pudo ser verdad.
Esta obra cumple muy bien, y con creces, todos los requisitos necesarios para figurar como una de las mejores entre los clásicos de la Lengua de Castilla, y por eso Española. Ya la anterior, “El Baco”, lo era igualmente.
De verdad, este comentario no es un cumplido ni pretende ser una serie de hipérboles sin sentido o justificación literaria. No tengo el honor de conocer personalmente al autor, y esta circunstancia me da la libertad e independencia necesarias para expresar mis impresiones tras haber, prácticamente, sacado el libro del horno con mis propias manos, y haberlo leído casi de una sentada.



Federico González Pérez
9 de mayo de 2013 04:25
Soy aficionado a la historia, acabo de descubrir su blog y me ha parecido fascinante, le animo a que siga profundizando en los origenes del idioma vasco/euskera para arrojar algo de luz sobre un tema tan oscuro. Desde mi ignorancia siempre me ha parecido increible que el vasco/euskera no tenga ninguna relación con otras lenguas y al mismo tiempo se le relacione con lenguas tan alejadas como el bereber o el armenio. GRACIAS!!!



Jesús García Castrillo
9 de mayo de 2013 05:14
Cuento con pocos medios, pero con esos pocos seguiremos investigando. No hay más remedio. Gracias por haberse identificado. No sé por qué los comentaristas del blog prefieren el anonimato... Un saludo


Anónimo
8 de junio de 2013 08:05
La canción "Baldorba" de Benito Lertxundi en la que se menciona el canon armenio tiene letra de Juan Antonio Urbeltz, autor contemporaneo. Que yo sepa y te hablo como euskaldun, no hay ninguna referencia a Armenia en canciones populares vascas, ni nada parecido.



Anónimo
30 de junio de 2013 13:37
El termino "bibliotekoa" no existe en euskera. Se dice "liburutegia". Por supuesto es una palabra reciente que se forma con el derivado del latin "liburu" y el sufijo "tegi" que sería "sitio de". Es la más habitual en la actualidad, lo que no quita para que muchos euskaldunes, como pasa a menudo, utilicen la palabra tomada del castellano tal cual y la llamen "biblioteka". En ese caso, "bibliotekoa" sería "el (o la) de la biblioteca".
Esto es algo ocurre con todos los idiomas. En castellano podríamos decir "balon pie" y sin embargo la mayoría decimos "futbol" ,o "escrache" en lugar de "acoso", por no hablar de los términos informáticos por ejemplo. Igual que en la mayoría de los idiomas tenemos términos griegos para conceptos científicos o filosóficos, italianos para expresiones musicales, etc. Lo cual no hace a estos idiomas ser menos idioma.
En esto creo yo que hay siempr un tira y afloja entre intentar formar un vocablo propio, con la lógica del propio idioma, para nombrar a un objeto o concepto nuevo que llega de fuera o coger prestado directamente el termino en su idioma de orígen. Si alguien destacó en su intento por librar al euskara de lo que el consideraba contaminación extranjera, ese fue Sabino Arana. A pesar de no dominar el idioma se atrevió a crear nuevos vocablos para lo que eran préstamos evidentes, aunque el mismo desconocía que otros muchos que consideraba puramente vascos eran también préstamos, en su mayoría directamente del latín o de lenguas romances. Defendía según él, el "euskera garbiya" (euskera limpio, puro), que no era más que su propia versión del euskara. Algunos de estos vocablos no han tenido mucho recorrido, pero otros como "aberria", "ikurriña" o euskadi han pasado a incorporarse al habla común aunque sean más que cuestionables. Esto de los "sabinismos" no tiene nada que ver con el euskara batua, pero me da la impresión que mucha gente que ha oído comentarios sobre una cosa y la otra las acaba mezclando y formándose una idea bastante distorsionada de la realidad.
Un saludo.



Jesús García Castrillo
30 de junio de 2013 16:52
Gracias por sus aportaciones amigo anónimo



Anónimo
1 de julio de 2013 06:57
Perdón, un pequeño error, "el (o la) de la biblioteca" sería "bibliotekakoa", en todo caso, aunque lo más correcto y usado es "liburutegikoa" "Bibliotekoa" simplemente no existe en euskara.



Jesús García Castrillo
1 de julio de 2013 09:05
Gracias, de nuevo.

2 comentarios:

  1. !!hombre!! podria Vd volver a colgar el articulo completo Gracias

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    1. ESTÁ COLGADO EN "PÁGINAS" A LA IZQUIERDA SEGÚN MIRA LA PANTALLA. GRACIAS.

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