miércoles, 21 de diciembre de 2011

Insisto: El idioma vasco vino a Europa en la Edad Media


El profesor Koldo Zuazo, ha dedicado su vida intelectual a investigar los dialectos del idioma vasco y sus orígenes.  Como además de catedrático de la Universidad, es académico de la Real Academia Vasca siempre había creído lo que habíamos creído todos los estudiosos de la historia de las lenguas: que el Eusquera se habría ido diferenciando en los distintos dialectos desde hace miles de años, tantos como los milenios que le han atribuido de antigüedad a la lengua Euskera. ¡Lo lógico! ¡Lo que científicamente se ha verificado en todas las historias de las lenguas de todo el mundo!

Sin embargo, a la conclusión a la que ha llegado el Profesor Zuazo es que los dialectos del Eusquera se formaron a partir de la Edad Media.

Yo le añado una pequeña contribución. Se formaron a partir del siglo XIV, en el momento en que todos los caucásicos que estaban desparramados por todas las construcciones de Europa, viviendo en logias (cobertizos instalados alrededor de las catedrales, iglesias y monasterios en construcción) -se construían en ese momento de esplendor, prosperidad y difusión del cristianismo en Europa  más de 2000-; y se refugiaron en el sur de Francia, Pirineos y Norte de España, escapando de la peste y mezclándose con las pocas tribus primitivas que habían subsistido  con muy escasos recursos en esos valles norteños. Pero así, los caucásicos refugiados en esos valles del norte de España consiguieron sobrevivir al exterminio de la peste bubónica que causó en Europa unos treinta millones de muertos.

Estas investigaciones no hacen sino añadir una contribución importante a lo que yo vengo sosteniendo después de recopilar datos de distintas fuentes: que el Eusquera no tiene en España una antigüedad de miles y miles de años como una lengua aislada, sino que vino a Europa con los caucásicos medievales íntimos amigos de los peregrinos europeos, cruzados y templarios, con los que lucharon codo a codo contra los islámicos, siendo amigos de guerra, que es donde se forjan las amistades inquebrantables y eternas.

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