martes, 7 de abril de 2015

Don Tiburcio, el jeta, crea dinero de la nada.

Tiburcio, alias “El Jeta” va, y dice: “Yo soy banquero”;  pero no tiene ni un euro. Tiene jeta.

Juanito, alias “El Tonto”, le cree y va a pedirle un préstamo para comprar  a Genaro una finca y vacas para ganarse la vida.

Genaro es un viejo trabajador que durante toda la vida trabajó  como una hormiga para sustentarse y llegó a tener la finca y vacas con sus muchos sudores, pero ya se siente viejo y cansado y se quiere jubilar, para lo que pone a la venta sus posesiones, que, por fin, le compra Juanito el Tonto con el préstamo que le ha dado Tiburcio el Jeta.

La sorpresa de Juanito es que al pedirle los billetes a Tiburcio,  Tiburcio le da una palmada en el hombro diciéndole: “Juanito, Juanito… eso de los billetes era cosa de antes, ahora modernamente se hace de otra manera. Y sigue diciéndole: “te doy un préstamo pero tienes que devolvérmelo en el plazo que fijemos, y también me traes todos los meses los intereses, Sólo te cobro el 10%;  además me lo entregas en billetitos contantes y sonantes. Tú sí que tienes que cobrar en billetes a tus clientes y me los tienes que traer a mi banco para pagarme esos intereses del 10%, pero con tu trabajo estás creando tu  hacienda con la que serás rico… Así, cuando seas rico y venza el plazo, podrás devolverme todo el préstamo y seguirás siendo rico para siempre. O si lo prefieres, junto con los intereses me vas devolviendo todos los meses un poquito del préstamo total; puedes elegir con "libertad".

A Juanito el Tonto, a pesar de ser tonto, no le convence mucho la operación, porque no ha visto ni un billete del préstamo, sino sólo un apunte en la libreta de Tiburcio el Jeta, donde dice que le ha dado dinero, pero que ese mismo dinero se lo ha ingresado en la cuenta de Genero. 

La cuenta de Genaro es otro apunte en la libreta de Tiburcio, pero el dinero del préstamo sigue sin existir; y le dice Tiburcio el Jeta a Genaro el Viejo: “Este dinero que te ha pagado Juanito por tu finca y vacas no hace falta que lo veas.  Pero no te preocupes que lo tengo yo bien guardado y seguro. Yo se lo he prestado a Juanito y Juanito te lo ha pagado a tí y yo te lo guardo en unas “preferentes”. No es necesario que tú veas los billetes,  y te guardo yo tu dinero en lugar seguro para que no te lo robe nadie, por si acaso te hace falta algún día, pero con los intereses del 3% que te voy a pagar, te sobra para vivir, y te voy a pagar  esos intereses todos los meses. 

Gerano, aunque es viejo, le dice: “A ver, Tiburcio, ¿no será mejor que Juanito me dé a mí los billetes y yo los distribuyo para mi vejez como mejor me parezca? O mejor todavía, ¿No será mejor que Juanito me pague a mí el 10% y en el plazo que fijemos me pague el valor de todas las fincas y las vacas que le vendo?”
“Quiá” -le responde Tiburcio-. “Tú fíate de mí que sé hacer ingeniería financiera y te daré todos los meses intereses con los que podrás vivir de sobra y encima cuando lo necesites te daré todo el dinero que te guardo”.Y además, si Juanito enferma y no puede trabajar durante un tiempo, yo te sigo pagando intereses todos los meses sin fallar ni un mes porque soy banquero y tengo guardado el dinero que me traen todos los Juanitos.
Genaro porfiaba porque no lo veía claro, y Tiburcio le repetía: “Con esos intereses que recibirás por el dinero de la venta de la finca  y vacas que le has vendido a Juanito, tú tienes una pensión que te da para vivir como un rey... y yo te lo guardo bien seguro, que para eso me he vestido con traje y corbata y me llamo Don Tiburcio el Banquero, por lo que todo el pueblo sabio y libre me admira y me respeta, fíjate bien en mi traje, mi corbata y brillo de mis zapatos. Tú no puedes entender la ingeniería financiera que estudian los muy inteligentes en las universidades y mucho menos puedes entender la complicación de las preferentes. Lo que tienes que tener muy claro es que  sepas que yo te guardo el dinero y te doy intereses todos los meses…¡Y no te preocupes de más!


Reflexión altamente inteligente:
A ese engaño de crear dinero ficticio sólo por apuntar en una libreta,  aunque no exista, le llaman dinero de alto poder expansivo y  a la manera de simular como que existe le llaman ingeniería financiera, y en las universidades estudian cómo seguir engañando a todos los Juanitos tontos... ¡La de dios...!

A los estudiantes de Ciencias “Economiquizas”, les “alarguizan” las palabras rimbombantes y les dicen los señores catedráticos: ”Hay dos tipos de dinero, el dinero real y el dinero de alto poder expansivo, y bla bla bla... "

La Reserva Federal y el Banco Central Europeo, crean el 5% del dinero total expresado en billetes, y el 95%, que es el dinero de alto poder expansivo, lo crean las entidades financieras ficticiamente en apuntes contables… como hace Don Tiburcio el Jeta. Las entidades financieras son los  Tiburcios, todos ellos grandes y gordos señores que sólo miran por nuestro bien, porque crean la mayor parte de nuestro dinero y que sin ellos no podríamos vivir. Son los que crean nuestra riqueza. Y colorín colorado, que Juanito sigue con  su carreta y su arado,  trabajando como un cabrón sosteniendo esta rueda infernal de engaño y fraude, Genaro comiendo la sopa diaria para sobrevivir humildemente, y Tiburcio con el dinero que le da Juanito, el 10% real, en billetes, ese sí que es real, del dinero que no ha existido nunca, se va de juerga con sus amigotes los políticos a quienes sustenta y con  los sindicalistas, para que  no armen demasiado revuelo y descubran la tropelía.... A los políticos y a los sindicalistas también les da préstamos sin dinero, apuntando dinero  ficticio y  creándolo de la nada, sólo apuntando en la libreta cantidades de dinero que no no ha existido nunca  pero que harán real todos los Juanitos Tontos que los mantienen en su vagancia…

Viene otro listo de la Facultad de Económicas, que se llama economista y aconseja a Tiburcio: “ ¡Cuidado, que la ingeniería financiera dice que el plazo de devolución de Juanito a Tiburcio y el de Tiburcio a Genaro han de coincidir, porque si no coincide puede haber un lío…. porque si Genaro se pone tozudo y reclama su dinero en billetes, y Juanito el Tonto, no lo ha generado, entonces explota la ruina total…
Tiburcio le responde: “No, hombre, no. A Genaro ya lo he convencido de que no reclame el dinero de sus preferentes hasta que dentro de muchos, muchos años, lo  necesite…"

Lo que no sospechaban es que imprevisiblemente Juanito el Tonto cayó enfermo y no pudo seguir trabajando la tierra y las vacas. Y ¡ka…ta...klaf.....! La crisis. 

¿Quedó claro, o no quedó claro? Colorín, colorado.

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