miércoles, 3 de diciembre de 2014

La máquina de Stephen Hawking

La máquina que convierte los pensamientos de Stephen Hawking en palabras articuladas, será verdad, no lo discuto, porque no lo he visto; pero yo no me lo creo. Y no me lo creería ni aunque lo viera con mis propios ojos.  Recuerdo una clase del Dr. López Ibor en la Facultad de Medicina de Salamanca, hablando del electroencefalograma que nos decía esta idea con un ejemplo:  “Del “electro-encéfalo-grama” no podemos extraer diagnósticos concluyentes. Debemos de utilizarlo sólo como complemento muy grueso y con mucha cautela. Imaginemos que escuchamos a través de un fonendo aplicado a la pared exterior de una gran fábrica con muchas máquinas. Lo más que podemos concluir es que la fábrica está en marcha o está parada y, a lo  sumo, puntualizando mucho, si un sector tiene desenganchada la cadena de montaje. Pero, de momento, querer averiguar cuál es la tuerca floja que enlentece la cuarta cadena de montaje es imposible.
Lo de la transmisión del pensamiento de Stephen Hawking es aún más difícil, como si en vez de un fonendoscopio aplicáramos a la pared de una central eléctrica una trompetilla y tratáramos  de averiguar qué condensador variable está roto. Lo de Stephen Hawking yo no me lo creo hasta que me lo demuestren…y me expliquen cómo.

1 comentario:

  1. Tienes mucha razon, con lo del condensador variable roto. Tampoco me la creeria y necesitaria que explicaran precisamente como.

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