Misi, Malena y Margie (Madrid)13 de febrero de 2012 08:18
Estas son las opiniones reales de tres lectoras empedernidas:Toda la trama medieval, la que corresponde a la traducción de los pergaminos, es absolutamente perfecta... hipnótica. Con un nivel de erudición en todos los detalles y el lenguaje que nos ha hecho sentir analfabetas. La acción es trepidante, incluso en los pasajes aparentemente más pausados.
Los personajes son tridimensionales, se salen de las páginas, auténticas creaciones. Les amas y, por momentos, deseas abofetearlos, saboreas lo que comen, los hueles cuando están sucios y hasta pasas frío y hambre con ellos. La inevitable conclusión te deja hecha polvo: las muertes de Martín, Roderico y Rechivaldo y la condena y disgregación del Temple, pero lo contrario habría sido como llevar al Titanic a buen puerto. Alguna lagrimilla se nos escapó con la muerte de Áureo. También nos angustió bastante la muerte de Gotier en el fondo del pozo.
El hecho de tener que buscar las notas con las traducciones al final del libro puede parecer incómodo a según que lectores, pero es muy de agradecer para aquellos que nos hemos enfrentado en "El pendulo de Faucault" o en "El nombre de la rosa" al desamparo de tener que saber latín, griego, inglés, francés y alemán para poder enterarnos de la trama.
La primera parte del libro que se desarrolla en la época actual, cuando se encuentran con el mendigo Counillac, también es muy interesante y está muy bien encajada. Intercalar ambas épocas es estimulante y ese personaje nos encanta.
Pero el final del libro... hic sunt leones...
El estilo es radicalmente distinto. Entendemos que así tiene que ser, pero los personajes han perdido profundidad (Internet se los ha llevado por delante) y, pese a la trepidante acción, la sensación es de que pasan menos cosas y la emoción no es tan intensa, ni siquiera con persecuciones y tiros incluidos.
Lo mejor de esta parte es la sorprendente aparición del pergamino de Gautier. Fue reconfortante.
La fiesta de la reunión de antiguos alumnos nos resulta algo lenta. No encontramos justificable el hecho de que Clara comparta con los demás las cartas de Nora, a lo mejor es porque a nosotras, personalmente, el personaje de Nora nos cae francamente mal.
Y esta es nuestra humilde opinión. Es un placer poder comentarlo sinceramente con el autor. Si pudiéramos ponernos en contacto con, por poner un ejemplo, nuestros bienamados Robert J. Sawyer o Steven King o Muriel Barbery, tambien les pondríamos pegas.
Un beso de todas.. y ha sido un placer leerte... Misi, Malena y Margie
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