Cada lengua se va adaptando en su evolución según la peculiaridad de sus hablantes: unos componen palabras, otros forman perífrasis, otros acortan elementos.
La tendencia ha sido siempre a economizar elementos; y cuando se ha economizado tanto que desaparece la palabra, se ha sustituido por un elemento perifrástico agrandado la expresión, y vuelta a empezar economizando. Como la vida misma: los abuelos ahorran, y ahorran, y los nietos despilfarran y llegan a la miseria… hasta que los biznietos vuelven a surgir y se enriquecen para que los choznos vuelvan a la ruina, o como las alternancias políticas….
Volvamos a la economía y evolución de las lenguas con un ejemplo:
Los antepasados de nuestras lenguas romances, decían “nihil” para expresar el concepto de “carencia de existencia” y la palabra se va desgastando con los siglos: “niil” > “nil” > “ni” > “n” y, antes que desapareciera, cuando ya no había significante para expresar la carencia de existencia, se sustituyó por una perífrasis: “non nata res”, al pie de la letra: “no nacida cosa”; y vuelta a economizar:
En castellano “nata” > nada. (paradógicamente significando todo lo contrario que antaño)
En catalán: “res” y ahí están todavía… en “res de res”.
En francés se fundió “res” con la nasalidad de “non”: “rien” y así en todas la lengua románicas, cada cual con sus peculiaridades.
En un pueblo cordobés decía el letrero: "ca pa calá". Ahorro. "cal para encalar". Me parece genial.
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